24 de diciembre: abrimos de 10:00 a 15:00. 25 de diciembre: museo cerrado.

La Crucifixión y Cristo en el Limbo formaron parte de un altar, del que fueron las alas interiores mientras que en las exteriores se representaba a Cristo Varón de Dolores y La Dolorosa, pinturas que, según Alfred Stange, se concibieron en grisalla sobre un fondo amarillo. La composición del altar se conoce gracias a la documentación y las fotografías, fechadas en 1966, antes de que las pinturas fueran separadas y las caras exteriores se perdieran. Estas dos tablas siguen el modelo de los episodios representados por Durero en su Pasión Pequeña, aunque con algunas modificaciones. Así, el artista introduce en La Crucifixión un paisaje tras la escena que situada en el centro, divide la cruz. A diferencia del grabado de Durero, este maestro anónimo coloca los pies de Cristo a la altura de las cabezas de la Virgen y san Juan, y cambia, en la parte inferior, la calavera de Durero por unas cuñas de madera. Otra de las diferencias que hallamos respecto a la obra del gran maestro alemán es la ejecución de los halos, concebidos aquí como resplandores que rodean las cabezas de algunos personajes. En Cristo en el Limbo la modificación más notable es el protagonismo que el pintor otorga a los demonios de la zona inferior derecha, así como la musculatura más desarrollada de los personajes.

NH

Siglo XVIs. XVI - Pintura germánicaPinturaÓleotabla
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