Retrato de un senador
Tintoretto, en la década de 1570, incrementó notablemente su actividad artística al aumentar los encargos hechos a su taller. En estos años continuó sus trabajos en la Scuola Grande di San Rocco y participó también en la nueva decoración para el palacio de los dux, destruido por el fuego. Además, tras la muerte de Tiziano, recibió peticiones de cortes europeas que no rechazó, continuando, al mismo tiempo, con sus habituales trabajos particulares, como eran los retratos de senadores y magistrados venecianos.
Este óleo, procedente de una colección privada italiana, fue adquirido en 1968. Su bibliografía no es muy extensa, ya que su primera referencia fue la que Heinemann hizo para el catálogo de la colección de 1969. El lienzo, desde entonces, ha estado incluido en las publicaciones de la colección Thyssen-Bornemisza. La tela fue recogida por Paola Rossi en el volumen dedicado a los retratos de Tintoretto, lo consideró una obra autógrafa y rechazó la hipótesis de que su autor fuera la hija del pintor, Marietta. También propuso como fecha de ejecución hacia 1570, variando ligeramente el año dado por Heinemann, hacia 1575. Heinemann relacionó estilísticamente el lienzo con otro retrato de Tintoretto en la Galleria dell’Accademia de Venecia, mientras que Rossi lo hizo con el conservado en el Musée des Beaux-Arts de Lille.
Los retratos de Tintoretto son bastante irregulares debido, en parte, a la participación del taller. Sus modelos suelen carecer de la gravedad y de la compostura que Tiziano imprimió a sus clientes, y a veces, en su puesta en escena, se repiten posturas y actitudes. Sin embargo, éstas no son las características del lienzo que nos ocupa. Tintoretto, con un fondo oscuro, tal vez en exceso por el paso el tiempo y el envejecimiento natural de los materiales, coloca de pie y de tres cuartos a este senador anónimo. La ambientación que elige son los cálidos colores de un pesado cortinón que enmarca al personaje por los lados. Viste la ropa oficial de los senadores venecianos: toga de terciopelo color vino, forrada con armiño, como se aprecia en el interior de las amplias mangas, y una estrecha estola de tela que cae por su hombro derecho. La manera en que está resuelta la posición de las manos cuenta en el catálogo de Tintoretto con un amplio repertorio; en este caso, nuestro personaje sostiene con una, un pañuelo blanco, mientras que con la otra realiza un gesto ceremonioso. La luz se concentra en la mitad izquierda del rostro, dejando en penumbra la otra mitad, recurso con el que artista dota a su personaje de una mayor presencia. La factura que emplea es larga y rápida, y se aprecia sin dificultad en la manera en que resuelve las distintas telas de la composición. La pincelada, característica de sus obras de madurez, va construyendo, con una gama preferente de carmines y rojos, dibujos y brillos de una gran belleza.
El retrato de Lille, con el que se ha comparado nuestra tela, mantiene, además de una similitud en cuanto a la técnica y a la puesta en escena, un paralelismo en la dignidad y serenidad que emana de ambos personajes.
Mar Borobia