Retrato de un hombre leyendo un documento
Gerard ter Borch es apreciado tanto por sus escenas de género como por sus retratos. Sus interiores domésticos, en los que captó las costumbres de la vida burguesa en tono intimista, influyeron en artistas contemporáneos como Pieter de Hooch o Gabriel Metsu, ambos representados en el Museo precisamente con obras de este tipo. Dentro de esta temática, produjo sus obras más innovadoras en la década de 1650, aunque este tipo de representaciones se registran ya desde mediados de la década de 1640. En estos interiores siempre prestó más atención a las figuras, que suelen ser pocas, que a los espacios, que se suscriben a sencillos interiores tratados con los detalles imprescindibles.
Hacia mediados de la década de 1660 Gerard ter Borch se dedicó con una mayor intensidad al retrato, siendo fiel, pese a las modas, a los patrones austeros y severos que había empleado en los años cuarenta sin una merma de calidad y prestando especial atención a la textura de las telas y a la iluminación de sus modelos, dejando los fondos, en muchos casos, en penumbra.
La historia de esta pintura se conoce desde principios del siglo XIX, cuando su primer propietario pudo ser el marchante de Amsterdam, Cornelis Sebille Ross. El óleo pasó, hasta su adquisición para la colección Thyssen-Bornemisza, por varias galerías, entre ellas la de Daniel Katz de Dieren, donde estuvo en 1934 y 1938, y la de H. E. ten Cate, en Oldenzaal, registrada en 1929 y después de la Segunda Guerra Mundial. La pintura, finalmente, fue comprada a la galería Cramer de La Haya, en 1969, para la Colección.
En nuestro lienzo, publicado y dado a conocer por Hofstede de Groot en 1912, Ter Borch colocó al personaje, vestido con ropas informales acordes con el escenario escogido, en el ámbito reservado de una casa. En el fondo, se aprecian a simple vista cambios compositivos, ejecutados probablemente sobre la marcha y que hoy se perciben debido al desgaste natural de los materiales que han perdido, en el caso de las capas de óleo, su opacidad, tornándose más transparentes. De esta forma comprobamos cómo la cama estuvo en principio a la izquierda del lienzo, en el lugar que ocupa ahora la puerta entreabierta. Esta variación se proyecta como una sombra sobre el muro, donde también se detectan los adornos superiores del dosel. Como señaló Gaskell, esta disposición interior fue empleada por el pintor en la década de 1660 en cuadros como el de la National Gallery de Londres, en el que aparece una mujer tocando un instrumento musical en compañía de dos hombres, o en la acuarela del Rijksprentenkabinet de Amsterdam, en la que Gesina ter Borch reproduce un lienzo del pintor. Significativo también es, por tratarse de un retrato, el de un caballero, fechado en 1668 y conservado en la Kunsthaus de Zurich. Aquí, el modelo posa en un sencillo interior que se comunica a la izquierda con una puerta, cuya hoja está también entreabierta y cuya única decoración visible es una tela expuesta en el muro de fondo. El techo de la sala, como en nuestra pintura, es un entramado de vigas de madera. Ter Borch en los años setenta continúo empleando para sus retratos fondos neutros con algún enser instalado próximo al modelo.
La identidad del retratado no se conoce, aunque en 1934 y 1935 se registró, con motivo de la participación del óleo en dos exposiciones, una inscripción en la parte posterior de la pintura, hoy perdida, y en la que se identificaba al personaje con un burgomaestre de Dordrecht, G. Beverningh. Gudlaugsson, sin embargo, al establecer la fecha aproximada de la pintura, dio otra clave para su posible identificación que Gaskell ajustó a los objetos con los que aparece el retratado. El atlas abierto por un mapa de los Países Bajos, y donde se ha creído ver el estuario del Scheldt y la ciudad de Amberes, y el documento impreso que sostiene el caballero en sus manos, han sido relacionados con el momento en que las tropas francesas invadieron las Provincias Unidas. Este joven, además, sigue la moda de la clase patricia de Amsterdam, ciudad donde está documentado el pintor en esos años. La fecha de ejecución del lienzo y los objetos llevaron a Gaskell a considerar la posible implicación de este personaje en los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en esos años.
Mar Borobia