Autorretrato
Carboncillo y Albayalde sobre Papel gris verdoso.
39,4 x 31,3 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
317
(1970.21
)
Sala 18
Planta segunda
Colección permanente
Este Autorretrato de Piazzetta es uno de los pocos dibujos que posee la colección del Museo Thyssen-Bornemisza. El diseño ingresó en Villa Favorita, en 1970, procedente del mercado de arte y, según parece, perteneció a una colección francesa con sede en París. El diseño se dio a conocer en una exposición celebrada en la Galerie L’Oeil, en cuyo catálogo se reprodujo, siendo objeto de estudio un año más tarde por parte de Pallucchini, que lo incluyó en un artículo donde abordaba distintos aspectos del pintor. El dibujo lo volvió a publicar Mariuz en 1982, en cuyo estudio lo tituló Retrato de un joven; la obra desde ese año desapareció de la bibliografía de Piazzetta hasta que Roberto Contini lo añadió al catálogo de las pinturas italianas de los siglos xvii y xviii de la colección del Museo.
El carboncillo nos muestra una imagen del pintor que aparenta estar en la veintena. Con el cuerpo de perfil y de busto, gira su cabeza hacia el espectador, al que mira con fijeza y cierta indiferencia. Piazzetta dibuja también parte de su mano derecha, cuyos dedos apoya en el pecho. El artista, con una representación que no está exenta de idealismo, se muestra con un frondoso cabello ondulado, con amplias y gruesas cejas y unos ojos grandes. De su indumentaria destacan el amplio cuello de la camisa, que realza con toques de albayalde para acusar su blancura, y un pequeño adorno cosido en la zona superior de su manga derecha. Piazzetta utiliza el carboncillo con fuerza en zonas vitales como son el frente de la chaqueta o la mitad izquierda de su rostro, que sombrea con energía e intensidad. El artista perfila las formas con un trazo definido, casi continuo, que refuerza partes relevantes como el perfil izquierdo de su rostro para diferenciarlo de la maraña de cabello que lo envuelve.
De Piazzetta se conocen más autorretratos con los que se ha comparado este dibujo del Museo. Uno de los más elocuentes es una pintura conservada en una colección privada veneciana donde el artista posó de manera similar a la de este diseño, aunque con un ángulo más bajo. Si se descartan detalles como el traje, la gorra de la cabeza o la posición de la mano, su génesis es similar. El mismo modelo, con ligeras variaciones, sirvió también para otro autorretrato, ya con más edad, conservado en el Museo Ca’Rezzonico de Venecia, realizado con participación del taller. Entre estos dos óleos se colocan dos dibujos más con su autorretrato, que pertenecen a las colecciones de Windsor Castle y la Albertina de Viena. Piazzetta también utilizó su imagen para figuras de sus composiciones, como el verdugo de san Juan Bautista de la pintura conservada en el Museo Antoniano de Padua o un monje dominico en la capilla del Sacramento, en San Zanipolo, Venecia. Sin embargo, nuestro diseño guarda su mayor similitud con un dibujo que representa a san Tadeo, de una colección privada, y con un grabado, donde se repite el mismo santo, de Marco Pitteri.
Mar Borobia
El carboncillo nos muestra una imagen del pintor que aparenta estar en la veintena. Con el cuerpo de perfil y de busto, gira su cabeza hacia el espectador, al que mira con fijeza y cierta indiferencia. Piazzetta dibuja también parte de su mano derecha, cuyos dedos apoya en el pecho. El artista, con una representación que no está exenta de idealismo, se muestra con un frondoso cabello ondulado, con amplias y gruesas cejas y unos ojos grandes. De su indumentaria destacan el amplio cuello de la camisa, que realza con toques de albayalde para acusar su blancura, y un pequeño adorno cosido en la zona superior de su manga derecha. Piazzetta utiliza el carboncillo con fuerza en zonas vitales como son el frente de la chaqueta o la mitad izquierda de su rostro, que sombrea con energía e intensidad. El artista perfila las formas con un trazo definido, casi continuo, que refuerza partes relevantes como el perfil izquierdo de su rostro para diferenciarlo de la maraña de cabello que lo envuelve.
De Piazzetta se conocen más autorretratos con los que se ha comparado este dibujo del Museo. Uno de los más elocuentes es una pintura conservada en una colección privada veneciana donde el artista posó de manera similar a la de este diseño, aunque con un ángulo más bajo. Si se descartan detalles como el traje, la gorra de la cabeza o la posición de la mano, su génesis es similar. El mismo modelo, con ligeras variaciones, sirvió también para otro autorretrato, ya con más edad, conservado en el Museo Ca’Rezzonico de Venecia, realizado con participación del taller. Entre estos dos óleos se colocan dos dibujos más con su autorretrato, que pertenecen a las colecciones de Windsor Castle y la Albertina de Viena. Piazzetta también utilizó su imagen para figuras de sus composiciones, como el verdugo de san Juan Bautista de la pintura conservada en el Museo Antoniano de Padua o un monje dominico en la capilla del Sacramento, en San Zanipolo, Venecia. Sin embargo, nuestro diseño guarda su mayor similitud con un dibujo que representa a san Tadeo, de una colección privada, y con un grabado, donde se repite el mismo santo, de Marco Pitteri.
Mar Borobia