Números imaginarios
1954
Óleo sobre lienzo.
99 x 80 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
768
(1973.12
)
Sala 44
Planta primera
Colección permanente
Durante los años finales de su vida, la pintura de Yves Tanguy se hace más oscura y menos poética. En Números imaginarios, para algunos su última obra, las anteriores formas biomórficas se petrifican y dejan de estar aisladas para formar conjuntos compactos de formaciones geológicas. Estos monumentos ambiguos, que algunos autores relacionan con las esculturas de Henry Moore o de Hans Arp, pueden ser entendidos como una premonición de la muerte.
Al igual que ocurre en Multiplicación de los arcos, una pintura del mismo año adquirida por el Museum of Modern Art de Nueva York con motivo de la gran exposición del pintor en el Wadsworth Atheneum de Hartford en 1954, el extraño e inexorable mar de piedras se convierte en un laberinto aterrador en el que desaparece cualquier esperanza de poder escapar.
La obra perteneció al marchante Pierre Matisse (1900-1989), hijo del pintor, que en 1931 abrió una galería en Nueva York, y desde 1958 estuvo en manos del gran historiador del movimiento moderno y conservador del Museum of Modern Art, William Rubin (1927-2006), hasta que entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1973.
Paloma Alarcó
Al igual que ocurre en Multiplicación de los arcos, una pintura del mismo año adquirida por el Museum of Modern Art de Nueva York con motivo de la gran exposición del pintor en el Wadsworth Atheneum de Hartford en 1954, el extraño e inexorable mar de piedras se convierte en un laberinto aterrador en el que desaparece cualquier esperanza de poder escapar.
La obra perteneció al marchante Pierre Matisse (1900-1989), hijo del pintor, que en 1931 abrió una galería en Nueva York, y desde 1958 estuvo en manos del gran historiador del movimiento moderno y conservador del Museum of Modern Art, William Rubin (1927-2006), hasta que entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1973.
Paloma Alarcó