Orange Grove in California, de Irving Berlin
1927
Óleo sobre Cartón.
51 x 38 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
531
(1975.52
)
Sala 46
Planta primera
Colección permanente
Arthur Dove fue el primer artista americano en experimentar con la abstracción. Entre 1906 y 1909 viajó por Italia, España y Francia, donde entabló amistad con el grupo de americanos residentes en la capital francesa. Al poco tiempo de regresar de Europa, en 1912, expuso en la galería neoyorquina de Alfred Stieglitz las primeras pinturas completamente abstractas realizadas en América antes de la presentación de las vanguardias europeas en la famosa exposición Armory Show de 1913. En estas obras, a su interés por la representación de formas abstractas, se unía la intención de capturar efectos efímeros, como el sonido. A la vez que en Europa artistas como Wassily Kandinsky aspiraban a plasmar resonancias musicales en sus composiciones abstractas, la sinestesia se extendió por los círculos modernistas americanos, pero allí adquirió ciertas connotaciones nacionalistas, que llevó a los artistas a exaltar las peculiaridades musicales del nuevo continente, como el jazz. La palabra jazz había comenzado a difundirse a comienzos del siglo veinte y se popularizó en los años de 1920, especialmente en los nightclubs y los garitos de Harlem.
Desde que, como comenta Judith Zilczer, su mujer, Helen Torr, adquirió diversos discos de moda, Dove convirtió la música de jazz en el modelo para su pintura y dedicó algunas de sus composiciones a Gershwin, a Louis Armstrong o, como en este caso, a Irving Berlin. Orange Grove in California, de Irving Berlin es un homenaje a esta famosa pieza del compositor que se estrenó en 1924. En este conjunto de pinturas, en las que representó analogías visuales de esa música popular americana, Dove quería aludir a la agitación que caracterizaba el modo de vida contemporánea en América. Como sugiere Donna Cassidy, la incorporación de la música de jazz a sus composiciones fue para Dove una forma de «hacerse nativo».
Por otra parte, Dove logra comunicar ese dinamismo a través de la línea y el color, lo que nos remite una vez más a Kandinsky. Quedaba muy claro en las declaraciones del artista publicadas en el catálogo de la exposición en la galería de Stieglitz a finales de 1927: «Cuando un punto se mueve se convierte en una línea, cuando una línea se mueve, se convierte en un plano, cuando un plano se mueve, se convierte en un sólido, cuando un sólido se mueve, se convierte en vida y cuando la vida se mueve, se convierte en la actualidad».Ahora bien, aunque el estilo caligráfico de Dove en Orange Grove in California, de Irving Berlin se podría vincular de forma evidente a las improvisaciones de Kandinsky, su pincelada suelta y vibrante y sus colores quieren claramente establecer un equivalente pictórico a los ritmos enérgicos del jazz. Dove reproduce los ritmos sincopados de la música de jazz a través de una serie de pinceladas gruesas, de líneas sinuosas en zigzag, en las que dominan los tonos anaranjados (en referencia al título) y salpicaduras negras, con una sorprendente espontaneidad.
Tras ser expuesta en The Intimate Gallery de Nueva York, a comienzos de 1928 esta pintura fue regalada por Stieglitz al crítico del New York Times Edward Alden Jewell, un entusiasta del pintor. En enero de 1928 Jewell escribió a Dove en los siguientes términos: «Mr. Stieglitz dice que ya sabe que me ha regalado su Orange Grove in California. Es una pintura muy hermosa y me pareció una de las cosas más delicadas de su reciente exposición... Quiero que sepa lo mucho que valoro el poseerla y lo interesado que estoy en la obra que está haciendo». Poco tiempo después, Jewell exaltaba el americanismo de Dove al colocar Orange Grove como frontispicio de su libro sobre las peculiaridades específicas del arte americano.
Paloma Alarcó
Desde que, como comenta Judith Zilczer, su mujer, Helen Torr, adquirió diversos discos de moda, Dove convirtió la música de jazz en el modelo para su pintura y dedicó algunas de sus composiciones a Gershwin, a Louis Armstrong o, como en este caso, a Irving Berlin. Orange Grove in California, de Irving Berlin es un homenaje a esta famosa pieza del compositor que se estrenó en 1924. En este conjunto de pinturas, en las que representó analogías visuales de esa música popular americana, Dove quería aludir a la agitación que caracterizaba el modo de vida contemporánea en América. Como sugiere Donna Cassidy, la incorporación de la música de jazz a sus composiciones fue para Dove una forma de «hacerse nativo».
Por otra parte, Dove logra comunicar ese dinamismo a través de la línea y el color, lo que nos remite una vez más a Kandinsky. Quedaba muy claro en las declaraciones del artista publicadas en el catálogo de la exposición en la galería de Stieglitz a finales de 1927: «Cuando un punto se mueve se convierte en una línea, cuando una línea se mueve, se convierte en un plano, cuando un plano se mueve, se convierte en un sólido, cuando un sólido se mueve, se convierte en vida y cuando la vida se mueve, se convierte en la actualidad».Ahora bien, aunque el estilo caligráfico de Dove en Orange Grove in California, de Irving Berlin se podría vincular de forma evidente a las improvisaciones de Kandinsky, su pincelada suelta y vibrante y sus colores quieren claramente establecer un equivalente pictórico a los ritmos enérgicos del jazz. Dove reproduce los ritmos sincopados de la música de jazz a través de una serie de pinceladas gruesas, de líneas sinuosas en zigzag, en las que dominan los tonos anaranjados (en referencia al título) y salpicaduras negras, con una sorprendente espontaneidad.
Tras ser expuesta en The Intimate Gallery de Nueva York, a comienzos de 1928 esta pintura fue regalada por Stieglitz al crítico del New York Times Edward Alden Jewell, un entusiasta del pintor. En enero de 1928 Jewell escribió a Dove en los siguientes términos: «Mr. Stieglitz dice que ya sabe que me ha regalado su Orange Grove in California. Es una pintura muy hermosa y me pareció una de las cosas más delicadas de su reciente exposición... Quiero que sepa lo mucho que valoro el poseerla y lo interesado que estoy en la obra que está haciendo». Poco tiempo después, Jewell exaltaba el americanismo de Dove al colocar Orange Grove como frontispicio de su libro sobre las peculiaridades específicas del arte americano.
Paloma Alarcó