La expulsión de los mercaderes del templo
Giovanni Paolo Panini se formó como escenógrafo en su ciudad natal, Piacenza, con Giuseppe Natali y Andrea Galluzzi, y más tarde con Francesco Galli-Bibiena. Continuó su aprendizaje en Roma, donde está documentado en 1711, centrándose, en esa etapa, en las figuras que perfeccionó con el pintor de historia Benedetto Luti y en la pintura decorativa y de paisaje que estudió con Andrea Locatelli. Los inicios de este artista marcaron profundamente la temática que trató a lo largo de su carrera y que trasladó tanto a la pintura al fresco, donde tuvo sus primeros encargos, como un poco más tarde a la de caballete. Entre los motivos que Panini trató, se encuentran las vistas de Roma, los caprichos y las grandes recepciones, así como una serie de pinturas conmemorativas que recogen importantes eventos vividos en la ciudad. En ese contexto de grandes perspectivas y escenografías, hay que insertar sus episodios religiosos, enmarcados en espléndidos escenarios como los de esta pareja de óleos.
Estas dos telas, donde se representan episodios del Nuevo Testamento, forman parte de la Colección desde 1976. Las referencias que se conocen sobre su procedencia son bastante recientes, pues se remontan al siglo pasado, cuando ambos óleos figuraron en una colección privada establecida en Milán. Los lienzos formaron parte de la selección que decoró la residencia de los barones Thyssen-Bornemisza en Gran Bretaña, Daylesford House, donde fueron comentados por Eric Young en 1983. Las telas, que se adquirieron a través del comercio de arte en febrero del año mencionado más arriba, habían sido objeto, un poco antes, de un informe de Ferdinando Arisi.
Ambos óleos están firmados por el pintor en Roma, pero de ellos sólo está datado, en 1724, el de la escena con La expulsión de los mercaderes del templo, donde Panini añadió además, la significativa palabra de «Piacentino», alusiva a su origen. La fecha de 1724 se acepta generalmente para la datación de su pendant, La piscina probática.
Los dos pasajes religiosos tuvieron fortuna dentro del repertorio del artista, que los repitió en varios momentos de su carrera, consiguiendo versiones de gran belleza. En La expulsión de los mercaderes del templo Panini ha situado el hecho en un espacio porticado a la entrada del templo. Jesús, en lo alto de la escalera de acceso, destaca del entorno por el colorido vívido de sus ropas, azul y rosa, junto con el halo resplandeciente alrededor de su cabeza. Los mercaderes con su género se organizan en pequeños grupos, como el que conduce el ganado en el ángulo inferior izquierdo, el que está sentado a los pies de la escalera y que ante la furia de Cristo recoge apresuradamente sus objetos, o el de la derecha, donde se retiene a dos ovejas. En las figuras y en algunos detalles se ha visto la huella de Benedetto Luti. Entre las versiones que conocemos con este tema se encuentran el lienzo del Museo Nacional del Prado y el de Múnich. Sin embargo, la obra maestra para este episodio pertenece a la Galleria del Collegio Alberoni en Piacenza y fue encargada por uno de sus protectores, el cardenal Giulio Alberoni.
En La piscina probática Panini despliega en torno al milagro de Jesús, recogido en el evangelio de san Juan, una escenografía más ambiciosa, donde el estanque, centro de la tela, queda enmarcado en tres de sus lados por altos pórticos corintios para abrirse en el cuarto a una gran escalinata. Cristo, como en el lienzo con el que hace pareja, viste los mismos colores y destaca tanto por la intensidad de sus vestiduras como por la posición que ocupa entre los enfermos y acompañantes que acuden al recinto. De las versiones que se conocen sobresale la de la colección Canessa, en Roma, la de Múnich, Staatsgemäldesammlungen, donde la arquitectura genera un espacio circular detrás de la piscina que se representa en primer término, o la de la colección Norbert Pokotta, con una pirámide que cierra el lado izquierdo del estanque.
Mar Borobia