Interior del templo de Diana en Nîmes
En el repertorio de Hubert Robert ocupan un lugar importante las vistas de edificios clásicos y las ruinas, que el pintor tuvo tiempo de dibujar durante su larga estancia en Italia. Estos apuntes de juventud, que el artista utilizó en sus composiciones con variaciones, le valieron el apodo de «Robert des Ruines». Sin embargo, estas pinturas de Robert son un espejo del interés de determinados sectores de la sociedad dieciochesca francesa hacia la arqueología y hacia el mundo antiguo. Esta sociedad había descubierto en Italia y en Grecia los grandes conjuntos arquitectónicos, pero había pasado por alto los edificios y los monumentos que se conservaban en su país. En el último tercio del siglo, esta postura dio un giro y se empezó a inventariar, dibujar, grabar y pintar aquellos templos y recintos que todavía se conservaban de la Antigüedad. En esta línea se inscribe el ambicioso trabajo diseñado por el marqués de Laborde, Voyage pittoresque de la France, que proyectó con doce volúmenes de los que sólo llegaron a editarse cuatro. Al interés por lo conservado en el propio país, se sumó Hubert Robert, que dieciocho años después de regresar de Italia, en 1783, se embarcó en un proyecto para pintar edificios clásicos en Provenza. En este viaje se detuvo en monumentos como la Maison Carrée, la Tour Magne, las Arènes, el templo de Diana —todos ellos en Nîmes—, así como en el Pont du Gard, entre Aviñón y Nîmes. La iniciativa del trabajo no se conoce con exactitud, ya que no se sabe si fue una idea propia del artista o un encargo.
Interior del templo de Diana en Nîmes está firmado y fechado en 1783, y procede de una colección privada en París. También estuvo registrado en la colección parisina de Paul Cailleux y en la alemana del Graf Finck von Finckenstein, último propietario hasta su paso por la galería Carroll de Múnich, donde fue adquirido, en 1978, para la colección Thyssen-Bornemisza.
Robert, con un punto de vista alto, nos introduce en las ruinas de este templo animadas con una serie de figuras, entre las que se encuentran un viajero, un hacendoso artista, sentado en un sillar, así como varios personajes vestidos con túnicas que, en el caso de la derecha, parecen escenificar un episodio delante de público. En este marco Hubert también ha colocado a dos hombres vestidos de soldados y, al fondo del templo, a dos figuras que evocan un ritual. El recinto está lleno de fragmentos de columnas almacenados, capiteles, basas y restos de frontones amontonados y ordenados, como las lápidas emplazadas al frente. Los restos del edificio son también lugar para curiosear, como parece que hacen los personajes que asoman en lo alto de la cubierta o entre los paramentos.
Del templo de Diana en Nîmes se conocen dos dibujos: una aguada y una acuarela que está emparejada con otro de los edificios de la ciudad: la Maison Carrée. En el Musée du Louvre se conserva una versión del interior del templo fechada en 1787, donde el artista ha reducido el ángulo de visión del lateral derecho y donde varía la disposición de los restos arquitectónicos y escultóricos del edificio, así como los visitantes que recibe el monumento. El Interior del templo de Diana en Nîmes se ha emparejado con la Maison Carrée, templo romano de Nîmes, tema del que se conocen varias versiones, siendo una de las más conocidas la que se conserva en el Pavlovsk Palace Museum, de San Petersburgo.
Mar Borobia