Localización de móviles gráficos I
1912 - 1913
Óleo sobre lienzo.
200 x 194 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
634
(1980.55
)
Sala 39
Planta primera
Colección permanente
Aunque coincidía con Kandinsky en que la pintura, al igual que la música, tenía la capacidad de expresarse exclusivamente a través de valores formales sin necesidad de imitar o copiar ninguna realidad exterior, Kupka experimentó con la pintura abstracta de un modo muy personal. Su educación centroeuropea marcó para siempre su sensibilidad y le alejó del pensamiento positivista francés. También mantuvo distancias con el cubismo, la estética de vanguardia en el París de entonces, y sólo excepcionalmente se relacionó con algunos artistas de la órbita cubista, como los hermanos Jacques Villon y Raymond Duchamp-Villon, vecinos suyos en Puteaux, y colaboró activamente en sus discusiones sobre la simultaneidad en el arte y la representación del movimiento. También participó con frecuencia en el Salon d’Automne y en el Salon des Indépendants.
En el Salon d’Automne de 1913 se expusieron las dos versiones de Localización de móviles gráficos, en las que Kupka logró traducir sus visiones interiores en formas y colores siguiendo un dinamismo basado en pautas musicales. Estos dos grandes lienzos, que fueron realizados a lo largo del invierno de 1912-1913, pueden ser considerados la culminación del desarrollo de un lenguaje artístico basado en el ritmo y la armonía y constituyen los mejores ejemplos del método abstracto de Kupka. El mundo objetivo se ve transformado en una trama visual que conforma la obra y las formas se generan en el espacio a través de una estructura geométrica dominada por una fuerza dinámica centrípeta. Este dinamismo astral puede responder al interés del pintor por el espiritualismo y así esas «alusiones al infinito y al movimiento de la cadena planetaria evocan —como señala Simón Marchán— una metáfora recurrente del budismo esotérico».
En la pintura del Museo Thyssen-Bornemisza, Localización de móviles gráficos I, la disposición dinámica de la composición queda equilibrada por un eje vertical que, según apunta Meda Mladek , puede tener reminiscencias de obras naturalistas más tempranas, como las ilustraciones simbolistas realizadas por Kupka para L’Homme et la terre de Elisée Reclus. En Localización de móviles gráficos II todos los elementos de la composición convergen también en un único punto focal, en una especie de ventana al infinito. Este espacio vacío se irá paulatinamente agrandando en su obra posterior, hasta desembocar en sus composiciones blancas, casi desnudas, de la siguiente década.
La frase «Localización de móviles gráficos» (Localisation des mobiles graphiques), que da título a estas obras, aparece frecuentemente en los escritos teóricos de Kupka y en ellos se define como el proceso de exteriorización de un motivo que le viene al artista de su interior y no del mundo percibido: «En nuestras visiones interiores flotan ante nuestros ojos fragmentos de imágenes. A fin de captar esos fragmentos, trazamos inconscientemente líneas entre ellos y, al construir así una red de relaciones, llegamos a un todo coherente. Estas líneas dibujadas para organizar nuestras visiones son como puentes estereoscópicos entre fragmentos en el espacio».
Paloma Alarcó
En el Salon d’Automne de 1913 se expusieron las dos versiones de Localización de móviles gráficos, en las que Kupka logró traducir sus visiones interiores en formas y colores siguiendo un dinamismo basado en pautas musicales. Estos dos grandes lienzos, que fueron realizados a lo largo del invierno de 1912-1913, pueden ser considerados la culminación del desarrollo de un lenguaje artístico basado en el ritmo y la armonía y constituyen los mejores ejemplos del método abstracto de Kupka. El mundo objetivo se ve transformado en una trama visual que conforma la obra y las formas se generan en el espacio a través de una estructura geométrica dominada por una fuerza dinámica centrípeta. Este dinamismo astral puede responder al interés del pintor por el espiritualismo y así esas «alusiones al infinito y al movimiento de la cadena planetaria evocan —como señala Simón Marchán— una metáfora recurrente del budismo esotérico».
En la pintura del Museo Thyssen-Bornemisza, Localización de móviles gráficos I, la disposición dinámica de la composición queda equilibrada por un eje vertical que, según apunta Meda Mladek , puede tener reminiscencias de obras naturalistas más tempranas, como las ilustraciones simbolistas realizadas por Kupka para L’Homme et la terre de Elisée Reclus. En Localización de móviles gráficos II todos los elementos de la composición convergen también en un único punto focal, en una especie de ventana al infinito. Este espacio vacío se irá paulatinamente agrandando en su obra posterior, hasta desembocar en sus composiciones blancas, casi desnudas, de la siguiente década.
La frase «Localización de móviles gráficos» (Localisation des mobiles graphiques), que da título a estas obras, aparece frecuentemente en los escritos teóricos de Kupka y en ellos se define como el proceso de exteriorización de un motivo que le viene al artista de su interior y no del mundo percibido: «En nuestras visiones interiores flotan ante nuestros ojos fragmentos de imágenes. A fin de captar esos fragmentos, trazamos inconscientemente líneas entre ellos y, al construir así una red de relaciones, llegamos a un todo coherente. Estas líneas dibujadas para organizar nuestras visiones son como puentes estereoscópicos entre fragmentos en el espacio».
Paloma Alarcó