El sacrificio de Isaac
hacia 1715
Óleo sobre lienzo.
100 x 125,5 cm
Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC)
Nº INV.
318
(1980.75
)
No expuesta
Giambattista Piazzetta se formó con el tenebrista Antonio Molinari (1655-1704). Más tarde, en 1705, continuó sus estudios en Bolonia con Giuseppe Maria Crespi (1665-1747). Ambos pintores dejaron su huella en el joven artista: Molinari, en la plasticidad de las figuras y en la habilidad para las sombras, y Crespi, en la singular manera de trabajar los claroscuros. Nuestro lienzo está considerado un trabajo temprano de Piazzetta y un buen ejemplo de su estilo en la década de 1710.
Este pasaje de la vida de Abraham se detalla en el Génesis y tal vez sea uno de los episodios de la historia del patriarca más repetidos en el arte religioso. Piazzetta representa el momento más dramático y de mayor tensión de la historia: Abraham, dispuesto a degollar a su hijo, oye desde los cielos la voz del ángel de Yavé para que no inmole a Isaac. Al alzar los ojos, el patriarca ve en la espesura un carnero que ofrecerá en sacrificio en vez de a su hijo. El artista coloca a Abraham a nuestra izquierda, empuñando el cuchillo y dirigiendo su mirada al ángel, que ocupa el ángulo superior derecho. Isaac, desplomado y apoyando su cabeza en el brazo izquierdo de su padre, recibe en su cuerpo un fuerte foco de luz, mientras el animal que finalmente será objeto del sacrificio queda en penumbra, abocetado, en el ángulo inferior derecho. El lienzo está elaborado con una gama monocromática donde predominan los pardos y ocres de tonalidad rojiza. Piazzetta tan sólo introduce un intenso toque de azul, que rompe el ritmo del color, en unas telas próximas a la mano izquierda de Isaac. Además, emplea unos efectos de claroscuro que destacan la construcción de los volúmenes y subrayan los momentos críticos de la historia.
Este lienzo apareció en el mercado de arte en 1921 y desde entonces formó parte de las colecciones Fenwick-Owen, en Londres; Koester, en Nueva York; Silvano Lodi, en Ginebra, y Eugene Thaw, nuevamente en Nueva York. La pintura fue adquirida por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1980 para su colección de Villa Favorita, donde ya estaban las otras dos obras de Piazzetta del Museo: el Retrato de Giulia Lama y el dibujo con su Autorretrato.
En la Gemäldegalerie de Dresde se conserva una réplica de esta composición en la que Piazzetta optó por trasladar la escena a un formato vertical y, entre otras diferencias, el ángel detiene con su mano la acción de Abraham. Un lienzo atribuido a Francesco Capella (1711-1784), copia literal de nuestra tela y hallado en el mercado de arte italiano en 1975, hacía pareja con otra escena religiosa: Agar e Ismael confortados por un ángel. Esta circunstancia ha llevado a Roberto Contini a sugerir la posibilidad de que nuestro cuadro tal vez estuviera también emparejado con otra tela de Piazzetta, actualmente perdida, que representara el mismo tema.
Mar Borobia
Este pasaje de la vida de Abraham se detalla en el Génesis y tal vez sea uno de los episodios de la historia del patriarca más repetidos en el arte religioso. Piazzetta representa el momento más dramático y de mayor tensión de la historia: Abraham, dispuesto a degollar a su hijo, oye desde los cielos la voz del ángel de Yavé para que no inmole a Isaac. Al alzar los ojos, el patriarca ve en la espesura un carnero que ofrecerá en sacrificio en vez de a su hijo. El artista coloca a Abraham a nuestra izquierda, empuñando el cuchillo y dirigiendo su mirada al ángel, que ocupa el ángulo superior derecho. Isaac, desplomado y apoyando su cabeza en el brazo izquierdo de su padre, recibe en su cuerpo un fuerte foco de luz, mientras el animal que finalmente será objeto del sacrificio queda en penumbra, abocetado, en el ángulo inferior derecho. El lienzo está elaborado con una gama monocromática donde predominan los pardos y ocres de tonalidad rojiza. Piazzetta tan sólo introduce un intenso toque de azul, que rompe el ritmo del color, en unas telas próximas a la mano izquierda de Isaac. Además, emplea unos efectos de claroscuro que destacan la construcción de los volúmenes y subrayan los momentos críticos de la historia.
Este lienzo apareció en el mercado de arte en 1921 y desde entonces formó parte de las colecciones Fenwick-Owen, en Londres; Koester, en Nueva York; Silvano Lodi, en Ginebra, y Eugene Thaw, nuevamente en Nueva York. La pintura fue adquirida por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1980 para su colección de Villa Favorita, donde ya estaban las otras dos obras de Piazzetta del Museo: el Retrato de Giulia Lama y el dibujo con su Autorretrato.
En la Gemäldegalerie de Dresde se conserva una réplica de esta composición en la que Piazzetta optó por trasladar la escena a un formato vertical y, entre otras diferencias, el ángel detiene con su mano la acción de Abraham. Un lienzo atribuido a Francesco Capella (1711-1784), copia literal de nuestra tela y hallado en el mercado de arte italiano en 1975, hacía pareja con otra escena religiosa: Agar e Ismael confortados por un ángel. Esta circunstancia ha llevado a Roberto Contini a sugerir la posibilidad de que nuestro cuadro tal vez estuviera también emparejado con otra tela de Piazzetta, actualmente perdida, que representara el mismo tema.
Mar Borobia