Estudio vorticista
Edward Wadsworth, hijo de uno de los grandes magnates de la industria de la zona de Bradford, cuyo ambiente se vería reflejado en sus obras, estudió en la Slade School y participó en las actividades del Rebel Art Centre, el centro de arte creado por Wyndham Lewis que dio lugar al movimiento vorticista. A Wadsworth le interesaron los escritos de Wassily Kandinsky, que tradujo para la revista Blast No. I, y de forma simultánea, se sintió cautivado por el mundo de la máquina, que pronto se convertiría en su principal motivo pictórico. Ahora bien, aunque estuvo presente en la cena homenaje a Filippo Tomaso Marinetti en el restaurante Florence de Londres en 1913, Wadsworth compartía las reservas de Lewis con respecto al futurismo.
Según Christopher Green, este Estudio vorticista, una composición claramente basada en la mecanización moderna, debe fecharse en 1914, en los primeros momentos del vorticismo. Richard Cork lo titulaba Estudio para una pintura vorticista, ya que la técnica empleada, una combinación de gouache y acuarela, y la gama de color se asemejan a las de un estudio para Cabo de Buena Esperanza, un óleo hoy desaparecido. Por su parte, Mark Glazebrook, en su introducción de la exposición de Wadsworth en Colnaghi and Co., en 1974, opinaba que se trata de un estudio para El puerto, una pintura también perdida presente en la exposición Twentieth Century Art. A Review of Modern Movements, organizada por David Bomberg en la Whitechapel Art Gallery de Londres en 1914, que representaba una vista aérea y geometrizada de un puerto. Finalmente, Christopher Green, en su detallado texto sobre este estudio, consideraba que se trata de una composición mecánica, sin referencia a ningún asunto concreto. Por tanto, más que referirse a un tema determinado, esta composición de formas elaboradas con la objetividad impersonal propia de Wadsworth responde a lo que Ezra Pound definía como «la delectación por la belleza mecánica».
Paloma Alarcó