Navegación al atardecer
hacia 1890
Óleo sobre lienzo.
30,5 x 50,9 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
701
(1982.18
)
No Expuesta
Planta segunda
Colección permanente
Planta primera
Colección permanente
Planta baja
Colección Carmen Thyssen y salas de exposiciones temporales
Planta -1
Sala de exposiciones temporales, salón de actos y taller EducaThyssen
Navegación al atardecer es uno de los escasos paisajes que pintó John Frederick Peto, un artista que destacó por sus naturalezas muertas. Esta pintura, luminosa y abierta, de tonalidades doradas tanto en la arena como en el mar y el cielo, contrasta con los abigarrados y sombríos espacios de sus bodegones. No obstante, existe una especial relación conceptual entre ambos géneros, pues, según apunta John Wilmerding, Peto «siempre pensaba en términos de bodegón, por lo que sus paisajes adquieren la íntima elegancia del interior del estudio, mientras sus naturalezas muertas aspiran a la monumentalidad y amplitud del peculiar ambiente de los paisajes».
Probablemente el paisaje de la colección Thyssen-Bornemisza fue pintado por Peto en 1890, después de su traslado definitivo desde Filadelfia a la costa de Nueva Jersey. Se trata de una vista de Toms River, localidad costera próxima a Island Heights, su lugar de residencia. Aunque se aprecia cierta influencia de las marinas de Thomas Eakins de 1870, la obra se encuadra dentro del estilo particular de Peto. La elección de este solitario paraje, con la única presencia de un pequeño barco de vela, es interpretada por Wilmerding en clave psicológica, al vincularlo al intencionado retiro de Peto del escenario artístico.
Paloma Alarcó
Probablemente el paisaje de la colección Thyssen-Bornemisza fue pintado por Peto en 1890, después de su traslado definitivo desde Filadelfia a la costa de Nueva Jersey. Se trata de una vista de Toms River, localidad costera próxima a Island Heights, su lugar de residencia. Aunque se aprecia cierta influencia de las marinas de Thomas Eakins de 1870, la obra se encuadra dentro del estilo particular de Peto. La elección de este solitario paraje, con la única presencia de un pequeño barco de vela, es interpretada por Wilmerding en clave psicológica, al vincularlo al intencionado retiro de Peto del escenario artístico.
Paloma Alarcó