Bodegón con gato y raya.
Chardin se encuentra representado en el Museo con tres extraordinarios bodegones: esta pareja, datada en 1728, y una naturaleza muerta con almirez, cántaro y caldero de cobre, fechada unos años más tarde. La corriente naturalista dentro de la que se inscribe Chardin convivió en Francia, durante el siglo XVIII, con el rococó. El protagonista de los lienzos de Chardin es el objeto; objeto que varía y cambia su papel según la composición y su relación con el resto de los elementos figurados. Se ha dicho que Chardin es el pintor de la burguesía, representada en escenas con figuras de la década de 1730 y en las que los personajes aparecen rodeados de objetos cotidianos que forman parte de su entorno. Sus bodegones están compuestos con utensilios queridos por el pintor que formaban parte de su intimidad y de su vida privada y de los que se serviría constantemente para elaborar sus pinturas. Son muy pocos los dibujos preparatorios que se conocen, un hecho que encaja con los peculiares métodos del maestro. Mariette, en su texto Abécédario, comentaba que el artista tenía que tener continuamente bajo sus ojos el modelo, desde el primer esbozo hasta el último toque. También procede de Mariette la noticia de que Chardin vendía sus cuadros mejor que otros artistas dedicados a géneros más prestigiosos, como la pintura de figuras.
Esta pareja de lienzos, que perteneció a la colección del barón Edmond de Rothschild, fue adquirida en 1986. La procedencia más antigua que sobre ellos se conoce se remonta a la colección Rémond, ancien maître d’hôtel du roi, y a 1778, fecha en la que salieron a la venta. Los óleos, según parece, pasaron después a la colección de Armand-Frederic Nogaret, siendo subastados, en París, en 1807. Ya entrado el siglo XIX, figuraron entre los bienes del barón de Beurnonville con ventas en 1881 y 1883. En la centuria siguiente estuvieron en la colección de Leon Michel-Levy, y entre sus siguientes propietarios conocidos figuraron el barón Maurice y el mencionado barón de Rothschild.
Ambos óleos participan de la estética holandesa que impregnó las primeras composiciones de Chardin, en las que el artista adaptó a su gusto temas y formatos nórdicos. El Bodegón con gato y pescado está firmado y fechado en 1728. La fecha, de difícil lectura, fue interpretada y registrada en la bibliografía anterior a 1979 como 1758. Con motivo de la exposición monográfica dedicada en ese año al artista, Rosenberg rectificó, junto con Caritt, la fecha de ejecución, al leer 1728, año más acorde con el estadio estilístico que muestra esta pareja de óleos. El 25 de septiembre de ese año de 1728 fue precisamente cuando el artista fue admitido en la Academia como pintor de frutas y animales.
En esa etapa, en la que se fechan dos de sus obras maestras (La raya, de hacia 1725, y El buffet, de 1728) y en la que con más nitidez se percibe la deuda con el bodegón holandés, Chardin empezó a acompañar sus objetos silenciosos con la presencia de animales que rompen con sus movimientos la quietud de la composición. Estos dos lienzos, compuestos con un esquema sencillo —una encimera de piedra sobre la que se van alineando los animales, el almirez, las ostras, el salmón, las hortalizas y la loza— se quiebran en su horizontalidad con los pescados colgados de los ganchos. El rico colorido, aplicado con generosidad de pasta y delicados toques repartidos por toda la superficie, nos da una imagen fidedigna y llena de honestidad visual. La gama de blancos, que Chardin utiliza aquí para las escamas del pescado y las pieles de los animales, sería admirada por pintores de la generación siguiente como Descamps. El espíritu de estos dos bodegones es distinto del que Chardin desplegó en su célebre Buffet, en el que cambió el gato por un perro y en el que presenta una mesa dispuesta con objetos y alimentos más exquisitos. De esta pareja de óleos existen dos versiones con variantes en el Nelson-Atkins Museum y en la colección Burrell de Glasglow.
Mar Borobia