Otoño en Nueva Inglaterra, la elaboración de la sidra
La obra titulada Otoño en Nueva Inglaterra, la elaboración de la sidra es la más pequeña de las dos versiones sobre este tema que Durrie terminó poco antes de su muerte, acaecida en 1863, y que un periódico local de New Haven aclamó como «la composición que coronaba su carrera». Aunque Durrie tiene más fama por sus paisajes invernales, desde mediados de la década de 1850 pintó escenas de recolección. Estas imágenes están repletas de detalles de la vida campesina -con montones de heno y de manzanas apilados en perfecto orden, dócil ganado y las típicas tabernas de chilla del valle del río Connecticut- y evocan una visión ideal de la vida rural en los primeros años de la guerra civil. «Los paisajes de Durrie representaban Nueva Inglaterra», escribió James T. Flexner, «que en tanto que [...] adalid de la Unión durante la guerra estaba adquiriendo un áurea legendaria como "la cuna de las virtudes norteamericanas"».
A la empresa Currier & Ives le llovió tal demanda de obras de Durrie que decidió reproducir diez cuadros suyos, entre ellos Otoño en Nueva Inglaterra, la elaboración de la sidra, como litografías entre 1861 y 1867.
Durrie, que era en gran medida autodidacta, se formó como paisajista siguiendo las pautas del estilo de Claudio de Lorena y el naturalismo selectivo de la Escuela del río Hudson. Respetando las observaciones de Asher B. Durand en sus «Letters on Landscape Painting» que se publicaron en The Crayon en 1855 y 1856, Durrie hizo estudios a lápiz del natural y luego organizó sus composiciones en torno a un solo árbol pintoresco. En el catálogo de una subasta de apuntes y cuadros suyos que se celebró en 1862, escribió: «Muchos de ellos están hechos directamente del natural. Prácticamente todos están pintados a partir de estudios que hice en Connecticut y otros estados de Nueva Inglaterra». Sin embargo, sus orígenes como pintor de carruajes y rótulos se ponen de manifiesto en el tratamiento plano de la materia, en las zonas arbitrarias de colores puros y en las figuras como de juguete que pueblan el paisaje.
En último término de Otoño en Nueva Inglaterra, la elaboración de la sidra se ve West Rock, uno de los peñascos que flanquean New Haven y que se solían incluir en los álbumes de paisajes pintorescos. Frederic E. Church plasmó este lugar en 1849 en su lienzo La siega cerca de New Haven, West Rock (New Britain Museum of American Art, CT), obra con la que alcanzó uno de sus primeros éxitos en la National Academy of Design. Aquel mismo año Durrie pintó una serie de paisajes de East y West Rock y en 1853 hizo un par de litografías de paisajes que pasó a tarjetas postales que se vendían en su estudio de New Haven.
Elizabeth Garrity Ellis