San Agustín
El tondo representa un santo obispo sin barba, con halo y mitra episcopal, sentado sobre un bancal en forma de nube y leyendo un libro. Lleva ropaje monástico. El marco está compuesto por una guirnalda de frutas y plantas (piñas, berenjenas, limones, manzanas, peras, granadas, ciruelas, castañas y hojas diversas), atadas con cintas azules y orientadas en dirección contraria a las agujas del reloj. Su borde interno está rematado por un moldeado en forma de ovas y flechas y el externo se desarrolla libremente.
El tondo formaba originalmente parte de un grupo de cuatro en los que estaban representados los cuatro Padres latinos de la Iglesia; parece ser que el conjunto pertenecía desde 1890 aproximadamente al marchante florentino Stefano Bardini. El coleccionista berlinés James Simon adquirió dos de los tondos antes de 1898 a través de Julius Böhler de Múnich, y en 1904 se los donó al Kaiser-Friedrich-Museum de Berlín: en la actualidad se exponen en la Skulpturensammlung del Bode-Museum de Berlín. En 1896, el príncipe Johannes II de Liechtenstein compró el tondo que aquí comentamos a Bardini, y el cuarto se encuentra en paradero desconocido.
De los dos tondos de Berlín, uno representa a san Gregorio Magno, identificable por la tiara papal, y el otro a un Padre con barba que lleva mitra episcopal. De los dos tondos en los que se ha representado a un Padre mitrado, el de Berlín y el que aquí comentamos, seguramente uno es la efigie de san Agustín y el otro la de san Ambrosio. Es posible que en el cuarto tondo se representara a san Jerónimo. No se ha llegado a un acuerdo sobre las respectivas identidades del Padre obispo de Berlín y el Padre obispo que aparece en este tondo; Marquand identifica al Padre de Berlín como san Agustín y al del presente tondo como san Ambrosio, en tanto que Schottmüller sostiene que el de Berlín es san Ambrosio y, por lo tanto, el de este tondo san Agustín. A pesar de lo que sostiene Marquand, el hecho de que el Padre representado en el tondo que aquí comentamos lleve hábito monástico, mientras que el del tondo de Berlín no lo lleva, indica que a quien aquí se ha querido representar es a san Agustín.
En los tondos de Berlín, san Gregorio mira hacia el lado derecho del espectador y san Ambrosio hacia el izquierdo. Como en el presente tondo san Agustín mira hacia la izquierda, cabe suponer que en el cuarto tondo, el que se ha perdido, san Jerónimo miraría hacia la derecha. Las guirnaldas de los tres tondos conocidos incluyen los mismos elementos y representan una insólita variedad de frutas, pero mientras que en los tondos de Berlín se desarrollan en el sentido de las agujas del reloj, cosa que suele ser más habitual en los tondos del taller de Della Robbia, la de la pieza que aquí comentamos se desarrolla en dirección contraria (se podría tal vez suponer que la guirnalda del tondo perdido también se desarrollara en dirección contraria a las agujas del reloj, de modo que los cuatro tondos de la serie se complementarían).
Schottmüller asigna los tondos al taller de Andrea della Robbia, fechándolos alrededor de 1500, en tanto que Marquand los atribuye al propio Andrea y los fecha entre 1480 y 1490 aproximadamente. La gran calidad y excelsa composición que, en líneas generales, tienen denotan que no estamos ante producciones de taller en serie; en particular, la precisa articulación rítmica de los manojos de fruta de las guirnaldas hace suponer la presencia directa del propio Andrea. La intervención de sus ayudantes se podría detectar tal vez en los bordes internos moldeados en forma de ovas y flechas, de ejecución, por el contrario, muy somera. Al comparar estos marcos con los de los stemmi fechados de Andrea y su taller, cabría suponer una ejecución en torno a 1490. Su comparación con el marco de la stemma del Arte della Lana que se encuentra en la bóveda del vestíbulo de la Opera del Duomo de Florencia, documentada como de mano de Andrea y fechada en 1486-1487, resulta enormemente persuasiva.
Anthony Radcliffe