Pequeño desnudo en cuclillas con brazos
Matisse inició su dedicación a la escultura hacia 1898, en el momento de un cambio de orientación que le llevaría a abandonar su estilo pictórico de los años noventa y a volverse del bodegón y el paisaje hacia la figura humana. Desde entonces acudiría a la escultura de vez en cuando, especialmente cuando su pintura se encontraba en un punto crítico, y llegaría a producir, hasta comienzos de los años treinta, unas setenta piezas escultóricas. La técnica preferida por Matisse era el modelado en arcilla. Para él, como para Degas, el modelado constituía un medio paralelo y alternativo a la pintura, un «estudio complementario» para ordenar sensaciones e ideas. Solía llevar a la escultura motivos figurativos que antes había abordado en su pintura, y que a veces reaparecerían después en sus cuadros como estatuillas. Así, la postura de este desnudo en cuclillas evoca la figura sentada en primer plano en el boceto de La música (primavera-verano de 1907), o en los desnudos en cuclillas de las dos versiones de El lujo (verano 1907) y las Bañistas con tortuga (febrero 1908). Y regresaría a la pintura (en forma de estatuilla) en El ramo de lilas (primavera 1914).
La mayoría de la producción escultórica de Matisse, salvo contadas excepciones (como Le Serf, Figure décorative, la serie de relieves de espaldas o el Gran desnudo sentado), es de pequeño formato. En las célebres notas de Sarah Stein se atribuye a Matisse esta frase: «Una escultura debe invitarnos a manejarla como un objeto». Las estatuillas de Matisse estaban destinadas a ser palpadas imaginariamente. Por otra parte, la escultura de pequeño formato entrañaba para él un desafío a su capacidad de síntesis: «Cuanto más pequeña es la escultura -decía- más debe imponerse lo esencial de la forma». Tal aspiración a lo esencial queda patente en este desnudo en cuclillas, inspirado en la fotografía de una modelo pero simplificado y sometido a distorsiones expresivas (como el aumento antinaturalista de las proporciones de las piernas y los pies). Parece inevitable compararlo con la Mediterranée (1905) de Maillol. Ambas esculturas comparten un aire meditativo, una actitud recogida o introvertida frente al resto del mundo. Sin embargo, entre Maillol y Matisse aparecen ciertas diferencias capitales. El propio Matisse decía: «Maillol trabajaba mediante la masa, como los antiguos, y yo, mediante el arabesco, como los renacentistas». En la Mediterranée de Maillol, el codo izquierdo descansa sobre la rodilla izquierda, confiriendo al conjunto una claridad y una estabilidad clásicas, mientras que brazo y pierna derechos actúan como puntales que sostienen la estructura. En cambio, la postura «cruzada» de la estatuilla de Matisse, con el codo izquierdo apoyado sobre la rodilla derecha, es mucho más compleja y menos estable. Frente a la rigidez tectónica de Maillol, en la estatuilla de Matisse todo parece flexionarse, plegarse, entrelazarse... La estatua de Maillol ofrecía una superficie tersa; la de Matisse exhibe las marcas de la presión de los dedos sobre el barro, con una libertad vinculada a la tradición del boceto escultórico.
La investigación escultórica de Matisse se desarrolló habitualmente en forma de series. Este Pequeño desnudo en cuclillas con brazos constituyó el punto de partida de una secuencia de esculturas creadas aquel mismo año. De allí surgió una segunda pieza en la misma postura, pero dotada de un solo brazo y sin la base modelada. En otras versiones posteriores, Matisse esencializaría aún más su concepción de este desnudo, mediante la supresión de cabeza, brazos y piernas, el volumen compacto del cuerpo.
Guillermo Solana