Tríptico del Rosario
Hans Kulmbach, pintor y autor de diseños para grabados cuya carrera estuvo muy unida a la ciudad de Núremberg, ejecutó este tríptico que recibe el nombre del rosario circular central formado por flores y en el que se señalan con cruces los cinco misterios. En la pintura se resalta el papel que desempeña el rezo del rosario para conseguir la salvación e indulgencias. Dentro de él se inscribe la figura del Crucificado, flanqueado por la Virgen con el Niño, ángeles, y los Elegidos, entre otros personajes, cerrando la composición en la parte superior, dos ángeles que sostienen la rueda del rosario. En el ala de la izquierda del conjunto, el artista representa la escena de La presentación de la Virgen en el templo, y en la derecha, El abrazo ante la Puerta Dorada en Jerusalén. La obra, tal y como la contemplamos en la actualidad, es una recomposición cuya fecha de montaje se desconoce, pero que debió llevarse a cabo a lo largo del siglo XIX. Las puertas laterales, son posteriores a la tabla central y se vinculan con un altar dedicado a la vida de la Virgen, que según una descripción de 1778 se encontraba en un castillo de Núremberg. El tema principal, con un estilo más caligráfico, fechado antes de 1510, lo repitió Hans Kulmbach en un grabado de 1515.
Hans Kulmbach, según parece, llegó a Núremberg desde la Alta Franconia hacia 1504-1505 y consiguió la ciudadanía en esa urbe en 1511. En sus primeros trabajos se detecta la huella del pintor italiano Jacopo de’ Barbari, que fue pintor de corte del elector Federico de Wise, y de Durero, en cuyo taller pudo trabajar hacia 1505. Los nombres de estos dos mentores se deben, respectivamente, a Johann Neudörffer y a Joachim von Sandrart. Kulmbach fue uno de los artistas más importantes de Núremberg en las primeras décadas del siglo XVI, y en su producción destacan, por número y calidad, las pinturas destinadas a altares, así como sus diseños para ilustraciones. Junto con Baldung Grien, Kulmbach fue uno de los pintores más sobresalientes del entorno de Durero.
El Tríptico del Rosario estaba en la colección Rohoncz, con la estructura que actualmente presenta, en 1930. El conjunto fue adquirido a la galería Fleischmann de Múnich después de la clausura de la exposición en la Neue Pinakothek, y está registrado y reproducido en los catálogos de la Colección desde 1937. El tríptico procedía de la colección del príncipe Thurn und Taxis en Ratisbona, que es la referencia más antigua que se conoce sobre su historia.
La obra, tal y como la contemplamos hoy, es una recomposición cuya fecha de montaje desconocemos, pero que pudo producirse a lo largo del siglo XIX. Las tres tablas que forman el tríptico son de Kulmbach, sin embargo, corresponden a momentos distintos. La tabla central, con un estilo más caligráfico, se ha fechado un poco antes de 1510, y las dos alas laterales, que en origen formaban parte de un mismo altar, son posteriores, de 1513. Las tracerías góticas que enmarcan la parte superior de las alas son postizas y se incorporaron durante la intervención comentada más arriba. En esta singular operación los episodios laterales se instalaron incorrectamente a los lados de la tabla central, ya que al hacer la lectura tradicional, de izquierda a derecha, y al seguir la cronología de la vida de Virgen, El abrazo ante la Puerta Dorada debería ocupar el ala izquierda y La presentación en el templo la puerta derecha. La correcta posición de estas dos escenas, tal y como fueron concebidas en el altar original por Kulmbach, cerrarían mejor el grupo.
La hoja central presenta un tema que tenía excelentes antecedentes y ejemplos en Franconia. En esta pintura se resalta el papel que desempeña el rezo del rosario para conseguir la salvación e indulgencias, como se desprende de otras composiciones con este mismo asunto en las que se han añadido inscripciones alusivas a estos cometidos. El motivo se representa con un círculo, portado por dos ángeles, que se organiza con flores y en el que se marcan con cruces los cinco misterios. Su interior se ha compartimentado a los lados de un Cristo en la cruz que marca el eje vertical reservado para la Santísima Trinidad y que se completa, por tanto, con Dios Padre y la paloma del Espíritu Santo. En la zona superior del brazo de la cruz, entre ángeles, y al mismo nivel que Dios Padre y la Paloma, se coloca a la Virgen María coronada, como Reina del cielo, con el Niño en sus brazos. En la zona inferior, Kulmbach ha organizado tres filas con distintas figuras. En la superior, de izquierda a derecha, tenemos a Aarón, cuya iconografía no aparece completa, a David con el arpa y la corona, a Moisés con los cuernos y las tablas de la ley, y a san Juan Bautista con el cordero. Siguen al otro lado san Pedro con la llave, san Pablo con la espada, posiblemente san Marcos, que no lleva atributo, y san Lucas con el toro. En el centro encontramos a san Lorenzo con la parrilla, san Jorge con la armadura, san Erasmo con el cabestrante con sus intestinos y san Esteban con el libro y las piedras; a la derecha del espectador un papa, un cardenal, un obispo y un rey. La fila inferior se dedica a las santas: santa Clara con la custodia, una santa sin atributos, santa Bárbara con el cáliz y santa Catalina con la rueda quebrada; la línea se completa con la triple Ana, María Magdalena con el bote del ungüento y santa Elena con la cruz. Bajo el círculo del rosario se representa a san Miguel pesando las almas junto a una visión del purgatorio.
Las alas laterales con El abrazo ante la Puerta Dorada y La presentación de la Virgen en el templo, fueron las puertas interiores de un conjunto cuya pieza central era un grupo escultórico con La coronación de la Virgen, que se conserva en el Nationalmuseum de Núremberg. De este altar, hoy disperso, se han hecho algunas reconstrucciones con variaciones. En la predella de esta pieza dedicada a la Madre de Dios, se representaba La muerte de la Virgen, localizada en la Staatsgalerie de Bamberg. El políptico se ha identificado con el que adornó la Walburgiskapelle del castillo de Núremberg.
Mar Borobia