El hallazgo de la huella dactilar
Durante el estudio técnico realizado a la obra hallamos, junto al broche de la corbata, una huella digital grabada en la superficie que puede corresponder a Otto Dix. Este hallazgo nos permite corroborar que era usual en su técnica que utilizara, para ajustar los detalles, este procedimiento en su proceso de trabajo: desplazaba su mano directamente sobre la pintura para difuminar o fundir colores.
Además, en este proceso, se descubrieron dos orificios en la capa pictórica en las esquinas superiores de la obra. Están distribuidos uno a cada lado, y que posiblemente, corresponden a las piezas metálicas utilizadas (chinchetas) para sujetar el cartón del boceto previo y que posteriormente, Dix pudo calcar en el soporte final.