Reflectografía infrarroja
Este procedimiento de examen consiste en captar, mediante la técnica adecuada, la radiación infrarroja invisible a nuestro ojo. El rango del espectro electromagnético que comprende la radiación infrarroja, estimado por encima de los 760nm, dada su longitud de onda, tiene la propiedad de atravesar la capa de barnices y algunos pigmentos, permitiendo ver las capas que hay debajo: dibujos, correcciones o arrepentimientos, reutilización de lienzos o inscripciones ocultas.
Los trazos escondidos
La reflectografía de infrarrojos, aplicada al estudio de pinturas, permite conocer los procesos de elaboración de una obra y la técnica utilizada por el artista para crear su composición y poder registrar dibujos subyacentes cuando las características técnicas son adecuadas. Podemos detectar así posibles correcciones o alteraciones de la composición, introducidos por el artista durante el proceso de ejecución. Aporta información para poder establecer líneas de trabajo mediante la comparación de dibujos preparatorios y también, acerca de posibles manipulaciones, estado de conservación e intervenciones anteriores.
En los ejemplos advertimos los trazos en las diferentes composiciones que le servirán de referencia a los artistas, cuando comiencen a incorporar las capas de pintura. Incluso observamos la sutileza de las líneas que van creando las zonas de sombra o la presencia de grandes trazos semicirculares sobre las baldosas del pavimento, dónde se sitúa la sombra que el personaje proyecta en el suelo.
Sistema de captación de imágenes
Para la captura de las imágenes se utiliza un equipo especializado diseñado específicamente para su uso en este campo. La cámara Osiris, creada por la empresa Opus Instrument en colaboración con la National Gallery de Londres, que es un sistema que proporciona imágenes de alta resolución y velocidad en una cámara portátil.
Osiris cuenta con un sistema de escaneado mecánico interno para crear imágenes de alta calidad de 16 megapíxeles mediante un sensor de línea InGaAs de última generación. Un microcontrolador situado en el corazón de la cámara se encarga de mover el sensor de infrarrojos con precisión y exactitud mientras captura hasta 64 reflectogramas individuales. Éstos se envían a un PC a través de una conexión USB, donde nuestro software especializado los ensambla y une automáticamente en un mosaico de reflectogramas de resolución completa.