Soy licenciada en Historia con especialidad en Antropología Americana y licenciada en Documentación. Trabajo en el Museo Nacional de Antropología (MNA) como responsable de las colecciones de América y Oceanía. Hago trabajo de campo en la Amazonía ecuatoriana, con comunidades shuar. He comisariado exposiciones sobre arte y cultura kichwa de la región de Tigua (Ecuador), sobre arte y cultura inuit en Nunavut (Canadá), y sobre los efectos del conflicto armado en los años ochenta y noventa en la población maya y campesina de Guatemala, así como publicado varios artículos e impartido conferencias sobre diversos temas relacionados con la Antropología, América y la Museología.
El objeto tradicional de los museos de antropología es la cultura material de las sociedades no occidentales. En el museo, una de nuestras líneas prioritarias de actuación es trabajar en colaboración con las comunidades de origen de las colecciones del museo: queremos que se escuche su voz y no solo la de los técnicos del museo. En el pasado los profesionales de museos eran la autoridad, los que interpretaban, contextualizan y exponían los objetos de otras culturas. Esos objetos fueron usados para crear ideas sobre cultura e historia de sociedades no occidentales, dirigidas al público occidental. El modo de representar a otras culturas, la imagen que se da de ellas, es importante, porque, por un lado refleja estereotipos, pero por otro genera maneras de entender a los “otros”, y esto tiene repercusiones directas sobre ellos, ya que puede servir para justificar la invasión y desposesión de sus tierras, o políticas poco favorables que los sitúan como ciudadanos de segunda. Incluir a las comunidades de origen en la interpretación y exposición de su patrimonio cultural es una obligación moral y ética, además de que enriquece enormemente el museo porque se pueden contextualizar mejor los objetos, así como entender mejor sus significados y las historias que esconden.
En el MNA hemos realizado cuatro exposiciones temporales en las que la participación de las comunidades de origen ha sido clave. Tigua: Arte desde el centro del mundo, comisariada junto con Alfredo Toaquiza, uno de los pintores de Tigua más destacados, Rio somos nós! Los museos comunitarios de Río de Janeiro y el giro decolonial, comisariada por profesionales de los ocho museos comunitarios que participaron, y las dos exposiciones del proyecto, la primera centrada en los migrantes ecuatorianos y la segunda en la comunidad senegalesa en Madrid. En estas exposiciones el museo ofrece los medios y asesoramiento, pero son los migrantes que participan en el proyecto los que toman las decisiones que afectan a la exposición y elaboran el discurso. Son ellos los que deciden qué es lo quieren contar sobre sí mismos, sobre su país de origen y sus experiencias en España. Con estos proyectos queremos que el público tenga acceso a múltiples historias y puntos de vista, contados por sus protagonistas y narrados en primera persona, en lugar de presentar un único discurso monolítico escrito en tercera persona. La mayoría de las experiencias realizadas en museos con comunidades de origen son exposiciones, temporales y permanentes.
Pero las comunidades pueden estar presentes en muchas otras áreas y actividades del museo, como la investigación de las colecciones, las actividades culturales, la conservación preventiva, la documentación, la política de adquisiciones o las publicaciones.
El MNA es un museo de antropología, no de arte, pero el arte también nos interesa, especialmente las obras de arte contemporáneo de artistas nativos, porque suponen un reflejo de su realidad actual, su cultura y su cosmovisión. En ellas los artistas se expresan en sus propios términos, cuentan sus propias historias y revelan sus sentimientos. Es una manera de que su voz esté presente en el museo. Algunos artistas nativos han denunciado que sus obras no están presentes en los museos de arte contemporáneo y solo tienen cabida en los museos de antropología. Nos parece totalmente lógica su demanda, pensamos que sus obras deberían exponerse en los museos dedicados al arte, pero también en los museos de antropología, ya que el arte forma parte de la cultura de un pueblo y está muy relacionado con otros aspectos como pueden ser la economía o la religión, además de su indudable valor como forma de expresión y por sus valores estéticos.