El Gran Canal desde San Vío, Venecia
El más destacado representante del género de vistas urbanas en la Venecia del siglo XVIII es, sin duda, Canaletto. Estas vistas o vedute, que nos muestran grandes perspectivas de la ciudad o de sus aledaños captadas con el rigor de un topógrafo, fueron piezas cotizadas por los viajeros y amantes de las artes que realizaron el Grand Tour. Este largo viaje, que incluía además de Italia, Francia, fue trayecto obligado en la formación y educación de los lores ingleses del siglo XVIII, quienes, al igual que otros viajeros por Italia, encontraron en estas vistas el objeto ideal con que recordar su aventura de juventud.
Los primeros vedutistas que retrataron Venecia en el siglo XVII fueron artistas nórdicos. Entre ellos, el alemán Joseph Heintz, que se interesó por las fiestas que tenían lugar en la ciudad, y el holandés Gaspar Vanvitelli. El trabajo de Vanvitelli influyó en el primer representante autóctono: Luca Carlevarijs, cronista interesado en mostrarnos en sus lienzos el aspecto más cotidiano de la ciudad. Carlevarijs es considerado el pionero de este género, en el que introdujo como novedad, rigurosas perspectivas.
Ambas telas proceden de la colección Liechtenstein de Viena, entrando en la colección Thyssen-Bornemisza con una diferencia de dos años. La plaza de San Marcos en Venecia está registrada desde 1956 y El Gran Canal, desde San Vio, Venecia desde 1958. Los dos óleos se exhibieron antes de su entrada en Villa Favorita, en 1948, en Lucerna, en una exposición monográfica dedicada precisamente a la colección Liechtenstein. Sin embargo, la crítica se interesó antes por El Gran Canal, desde San Vio, Venecia que por La plaza de San Marcos en Venecia, que fue incluida en el estudio de Ferrari, de 1914, dedicado a Canaletto y a Bellotto.
En estas obras de juventud, catalogadas entre las primeras vistas que salieron de sus pinceles, Canaletto nos presenta una imagen de la plaza más famosa de Venecia tomada desde el antiguo emplazamiento de la iglesia de San Geminiano (destruida durante la dominación francesa para construir el ala napoleónica, donde hoy se encuentra el Museo Correr). La vista tiene como fondo la fachada de San Marcos y parte de la fachada del palacio ducal, edificio este cuya visión queda interrumpida por la poderosa presencia del campanile, que rompe con su verticalidad la continuidad del fondo. A los lados, acentuando la profundidad y la perspectiva, están las Procuradurías: a la izquierda, las viejas y a la derecha, las nuevas.
Este lienzo muestra ya las características más notables del arte de Canaletto. La elección de un punto de vista elevado para el encuadre de la composición, la precisión con que se dibujan los edificios con todos sus detalles ornamentales y la minuciosa ejecución de los elementos que crean el ambiente son algunas de las aportaciones que Canaletto hizo al género.
La exactitud con licencias con las que el artista plasmó sus vistas de Venecia han servido, por otra parte, para establecer correctamente sus fechas de ejecución. En el caso de La plaza de San Marcos en Venecia hay que observar que el cambio de pavimento de la plaza, que se refleja con sumo cuidado en el óleo, se realizó en el conjunto entre 1723 y 1734, estando diseñado por Andrea Tirali. En el cuadro del Museo Thyssen-Bornemisza se encuentran soladas las calles adyacentes a las dos Procuradurías y falta por completar el trabajo en las calles centrales, que se organizaron con un dibujo geométrico, tal como se refleja en la vista de la colección del duque de Bedford, fechada en la década siguiente a este lienzo. La fase de la pavimentación que Canaletto ha registrado en nuestro cuadro tuvo lugar entre 1723 y 1724; entre 1725 y 1727 se finalizaría el suelo decorativo paralelo a la zona central.
En cuanto al Gran Canal, desde San Vio, Venecia, el tema fue representado por Canaletto en varias de sus telas. En este caso la perspectiva, que se dirige hacia San Marcos, se abre a la derecha con el palacio Barbarigo, donde una mujer se asoma por una de sus ventanas y un hombre limpia una de las chimeneas. Parte de la fachada del edificio que da al Campo, donde se han instalado varias figuras, se encuentra decorada con el dibujo de una barca y una inscripción. La hilera de construcciones de esta orilla del canal nos conduce hasta la cúpula de la Salute y la Punta di Dogana. Al otro lado Canaletto recoge el palacio Corner della Ca’Grande, terminando el recorrido en la Riva degli Schiavoni. Tanto la pincelada como el tratamiento de la luz son similares en ambas composiciones, aunque tal vez en este fragmento del Gran Canal se perciba una mayor inquietud hacia el claroscuro, especialmente acusado en las barcas que se encuentran a la derecha y que incitan a adentrarnos en la composición. Canaletto consigue buenos cromatismos y matices con los que nos transmite el colorido de las aguas, cuyo matiz verdoso contrasta con la gran masa azul con la que pinta el cielo.
Tanto La plaza de San Marcos en Venecia como El Gran Canal, desde San Vio, Venecia forman parte, junto con dos telas del Museo Ca’Rezzonico de Venecia, de una misma serie que perteneció a la casa Liechtenstein, en Viena.
Mar Borobia