Frans Hals está considerado como el gran genio de la retratística holandesa, género que gozó de un asombroso auge en el siglo XVII, debido a la pujanza económica y comercial del país y al interés que las clases acomodadas tenían en dejar constancia de su buena fortuna a través de sus retratos. Hals consiguió, como ningún otro, penetrar en la personalidad de sus modelos confiriéndoles una vitalidad y una espontaneidad hasta entonces desconocidas. En este lienzo los esposos se cogen de la mano simbolizando la lealtad del matrimonio, mientras el perro a los pies de la niña representa la fidelidad. La pincelada es tan suelta y libre que resulta increíblemente moderna para su época. Sus retratos colectivos y de grupo, como el que en este caso nos ocupa, constituyen lo más famoso de su legado.

 

Este retrato, que a principios del siglo XX se titulaba Frans Hals y su familia, pertenece a una modalidad del género practicada en Holanda y conocida como retrato colectivo o de grupo. El primer retrato de estas características en la obra de Hals, fechado en 1616, es el Banquete de oficiales de la guardia cívica de San Jorge. A éste le seguirán otros, como los Regentes del hospital de Santa Isabel, en 1641, y Regidoras del asilo de ancianos, en 1664. Hals, considerado uno de los más brillantes retratistas de todos los tiempos, no tuvo rival en la ciudad de Haarlem, donde desplegó toda su actividad artística. El éxito de sus retratos se debió a que supo actualizar un modelo que había quedado esclerotizado por los convencionalismos tradicionales. En estas composiciones, así como en sus retratos individuales, Hals plasmó con espontaneidad posturas y gestos, captando, sobre todo en la expresión de los rostros de sus comitentes, el instante más natural. Sus retratos, llenos de vivacidad, transmiten el carácter individual de sus modelos con fuerza. También aparecen dotados de una carga adicional de vitalidad y optimismo.

En la carrera de Hals encontramos algunos retratos de grupos familiares. Entre ellos el hoy mutilado Grupo familiar ante un paisaje, datado hacia 1620 (fragmento izquierdo en el Toledo Museum of Art en Ohio y el derecho, con tres niños, en los Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique en Bruselas). Posterior en quince años es un Grupo familiar del Cincinnati Art Museum, en el que un matrimonio con sus dos hijos tiene como fondo un escenario más urbano. Sin embargo, por dimensiones y composición, nuestro Grupo familiar ante un paisaje mantiene unos lazos más estrechos con la obra del mismo asunto de la National Gallery de Londres. La procedencia más antigua que conocemos de la pintura se remonta al siglo XVIII, cuando, según todos los indicios, perteneció a William Bristow —muerto en 1758—. Posteriormente estuvo registrada entre los herederos de John Warde hasta que, en 1909, fue adquirida privadamente por el marchante Joseph Duveen. El óleo, al año siguiente, pasó a la colección del banquero americano Otto H. Kahn, quien pagó por él un precio astronómico que fue objeto de comentarios en la prensa británica. En 1935 estuvo en la Mogmar Art Foundation de Nueva York, fecha en que fue adquirido para la Colección a través de la galería Mercuria de Lucerna.

El hecho de que en este lienzo los esposos se cojan amorosamente las manos mirándose con afecto ha llevado a pensar que el óleo contiene una alusión a la lealtad como una de las virtudes del matrimonio. Esta tesis está fundamentada en uno de los ocho emblemas que Alciato dedica al matrimonio —emblema CXC, Sobre la fidelidad de las esposas—, en el que los esposos enlazan sus manos derechas, como signo de fe y confianza, de forma similar a la que representa nuestra pintura. El perro, que en el emblema de Alciato se coloca al pie de la pareja, y en el cuadro de Hals al lado de la hija, simbolizaría la Fidelidad. El amor que debe de haber entre ellos se representa, en el emblema de Alciato, con un manzano, eliminado de nuestra composición. Sobre este árbol frutal Alciato comenta lo siguiente: «Ésta es la imagen de la fidelidad. Si a ésta la alimenta el fuego de Venus, no estará mal que haya a la izquierda una rama de manzanas, ya que son frutos de Venus: con ellas venció Atalanta a Hipómenes, y requirió Galatea a su hombre». Slive fue quien llamó la atención sobre la relación existente entre nuestra pintura y el emblema de Alciato. Asimismo, Slive propuso a Pieter de Molijn como el autor del extenso paisaje que se desarrolla a la derecha, ya que detectó diferencias de tratamiento entre las figuras y la gran llanura con celaje con la que se cierra la composición a este lado.

Hals construye sus personajes con una pincelada valiente y fluida que reproduce, con precisión, actitudes y posturas. Los rostros, tratados con una técnica lisa y más suave, se retocan con trazos oscuros en los ojos, narices y mejillas para que tengan una mayor expresividad. La construcción de los trajes o el extraordinario fragmento de las botas del esposo, elaboradas con un toque largo y suelto, capaz de concretar las texturas de los distintos materiales en una gama cromática de grises y ocres, son un ejemplo inconfundible de su mejor estilo.

Mar Borobia

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