Frans Hals está considerado como el gran genio de la retratística holandesa, género que gozó de un asombroso auge en el siglo XVII, debido a la pujanza económica y comercial del país y al interés que las clases acomodadas tenían en dejar constancia de su buena fortuna a través de sus retratos. Hals consiguió, como ningún otro, penetrar en la personalidad de sus modelos confiriéndoles una vitalidad y una espontaneidad hasta entonces desconocidas. En este lienzo los esposos se cogen de la mano simbolizando la lealtad del matrimonio, mientras el perro a los pies de la niña representa la fidelidad. La pincelada es tan suelta y libre que resulta increíblemente moderna para su época. Sus retratos colectivos y de grupo, como el que en este caso nos ocupa, constituyen lo más famoso de su legado.

 

Siglo XVIIs. XVII - Pintura holandesaPinturaÓleolienzo
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