El sueño
Mediante un estilo ligado al mundo real, pero liberado de las ataduras de la representación verosímil de la naturaleza, Franz Marc logra reflejar con maestría en El sueño "el ritmo orgánico... de todas las cosas" y pone de manifiesto su conocimiento de las teorías futuristas italianas y del cubismo francés. La composición está estructurada a base de líneas dinámicas que parten de la figura femenina situada en primer plano que, desnuda y dormida, se convierte en símbolo de la armonía entre el mundo humano y el animal. Junto a ella aparece todo un elenco de seres, que en mitad de la noche parecen ser producto del sueño de la mujer. Marc les asocia colores de significados simbólicos, de manera que, por ejemplo, el azul representa lo masculino e intelectual y el amarillo lo femenino y amable.
El sueño fue realizado en 1912 en Sindelsdorf, en donde Franz Marc había fijado su residencia en 1909 atraído por las características de ese paraje idílico. En esta pequeña localidad, situada junto a los Alpes bávaros, dio comienzo su verdadera carrera de pintor, prematuramente truncada en 1916, y su personal estilo se fue consolidando a partir de sus encuentros con August Macke en 1910 y, sobre todo, con Wassily Kandinsky en 1911. Marc se vinculó a Der Blaue Reiter, creado en Múnich en 1911, y en 1912, participó activamente en la publicación del almanaque del grupo, en el que dejó constancia de sus ideas artísticas. Ahora bien, a diferencia de Kandinsky, que pronto rompió intencionadamente con la realidad visual, Marc permaneció fiel a la representación del mundo. Sus teorías, que rechazaban explícitamente las rígidas pautas de la vida de la ciudad, se centraron en la búsqueda permanente de la libertad de expresión a través de una visión mística del mundo natural y de la creación de nuevos símbolos adecuados para una nueva espiritualidad. Marc aspiraba a crear un nuevo reino paradisíaco en el que se pudiera alcanzar la perfecta compenetración del hombre con la naturaleza. En esta nueva Arcadia los símbolos tomaron forma a través de una profusión de animales convertidos en criaturas místicas cargadas de alegorías, que el propio artista denominaba «animalización del arte».
Ahora bien, la alegoría que encierra El sueño no es excesivamente explícita. Como sugiere Klaus Lankheit se trata más bien de una imagen poética sin significado racional alguno. La escena transcurre en mitad de la noche, como nos da a entender el acusado color negro del cielo del fondo. En el lado izquierdo se sitúa una casa amarilla, que podría simbolizar el mundo real, mientras que el resto de la composición lo ocupa la escena del sueño. La figura femenina desnuda, situada en el centro, que duerme sentada con las piernas cruzadas rodeada de animales, es quizás el símbolo de la armonía entre el hombre y el mundo animal. En este Jardín de las Delicias los animales repiten los ritmos de la naturaleza y los colores también adoptan un componente simbólico. El azul de los caballos simboliza para Marc el principio masculino, intelectual y espiritual; el amarillo es el principio femenino, amable y sensual, mientras que considera al rojo como el color que debía ser combatido y vencido por los otros dos.
El influjo de los futuristas italianos puede apreciarse en la estructura rítmica de las formas y en las líneas de fuerza que mueven la composición. También es reseñable la huella que ha dejado en él la pintura de Paul Gauguin, en especial la del periodo de Tahití, en su deseo de presentar una naturaleza en su estado más primitivo. Peter Vergo relaciona esta obra con Los pastores, que representa una pareja desnuda entre animales en la que tanto el caballo como la figura femenina son muy similares a los de la pintura de la colección Thyssen-Bornemisza.
El sueño fue regalado por Franz Marc a Wassily Kandinsky al poco de ser finalizado en 1912 o a comienzos de 1913. Kandinsky, por su parte, le regaló a Marc a cambio Improvisación 12. Jinete. Durante el tiempo que Kandinsky estuvo en Rusia (de 1914 a 1921) la obra quedó bajo la custodia de Gabriele Münter y fue presentada, por deseo expreso de Maria Marc, en las exposiciones celebradas en Múnich y Wiesbaden en 1916 con motivo de la muerte del pintor. Años después, durante la visita de Katherine Dreier a Kandinsky en la Bauhaus, El sueño fue seleccionado para la International Exhibition of Modern Art de la Societé Anonyme celebrada en Nueva York y varias ciudades americanas durante 1926 y 1927. En su introducción del catálogo, la autora americana publicó una ilustración de esta pintura al tiempo que subrayaba la influencia de Marc en la pintura moderna.
Paloma Alarcó