Claro de luna con un camino bordeando un canal
Claro de luna con un camino bordeando un canal apareció en el mercado de arte en Colonia en 1914. Un año más tarde, en 1915, estaba registrada en la colección berlinesa de Otto Held, siendo subastada, con otras piezas de su colección, en 1929, en Cassirer & Helbing. Durante los años que estuvo en la capital alemana, y mientras perteneció a Otto Held, el óleo participó, en 1915, en una exposición organizada por la galería Paul Cassirer. De Alemania la pintura pasó a Amsterdam, al marchante Jacques Goudstikker, que la expuso, en 1930, con las nuevas adquisiciones de su galería. Posiblemente, en ese mismo año, fue adquirida por Heinrich Thyssen-Bornemisza, apareciendo en los catálogos de la Colección desde 1937.
La pintura ha sido fechada por Gaskell entre la segunda mitad de la década de 1640 y principios de la siguiente, un periodo artístico fructífero en el que se sitúan los mejores trabajos nocturnos de Van der Neer, y que se extiende, para otros temas, hasta los años sesenta. Van der Neer nos introduce en este nocturno a través del curso de un canal que recorre todos los planos de la pintura y que finaliza en un recodo en el que concentra el mayor foco lumínico del paisaje. Este cauce se enmarca a los lados, siguiendo las curvas, con dos caminos en cuyos bordes se alinean las fachadas de varias casas. Van der Neer, con un punto de vista elevado, concede un desarrollo mayor a la zona izquierda de la tabla, donde un sendero por el que transita una carreta y varios caminantes se abre con generosidad en el primer término y se cierra hacia la mitad de la pintura, después de crear un espacio triangular que acentúa la profundidad; este recurso se repetirá en otras vistas del pintor.
Sin embargo, es el cielo y en especial el tratamiento de la luz en el momento del crepúsculo, justo cuando empieza a proyectar sus sombras sobre la tierra, lo que hace de Van der Neer un pintor especial en la captación de estos efectos. En Claro de luna con un camino bordeando un canal el crepúsculo se coloca en un horizonte hacia donde se dirige nuestra vista por el empaste del pincel y por la luz blanquecina que emerge entre las densas masas de nubes. Las sombras se van proyectando rápidamente a la izquierda, logrando sutiles juegos de claridad a la derecha y hermosos reflejos en el agua del canal.
Aunque los trabajos de Van der Neer no suelen corresponder a lugares concretos, ya que se elaboran con elementos extraídos de diversas fuentes, se ha pensado que esta composición puede estar inspirada en el río Vecht.
Bachmann comparó la tabla con un lienzo del artista conservado en la National Gallery de Londres, en el que Van der Neer repitió una estructura similar: un canal enmarcado a ambos lados con caminos y casas.
Mar Borobia