Desde las llanuras II
Desde las llanuras II, fechada en 1954, es la segunda versión de una pintura realizada en 1919, treinta y cinco años antes, en Amarillo, Texas. En aquella pintura, de formato vertical, O’Keeffe había querido representar, según sus propios testimonios, la fascinación que había sentido al presenciar el traslado de las manadas de ganado por las grandes llanuras de esas áridas tierras, levantando polvo y provocando un ruido ensordecedor. En esta segunda interpretación, la amplitud de las llanuras de Texas se hace todavía más sobrecogedora, incrementada por la forma horizontal del lienzo y por los colores ardientes de la puesta de sol. En una carta a la galerista Edith Halpert le comentaba sobre esta pintura: «El color es simplemente el color puro que sale del tubo —de rojo y naranja a amarillo limón—.Me impresiona tanto que estoy bastante abatida. No sé adónde me llevará».
La pintora ha aumentado la simplificación y abstracción de la imagen, para ofrecernos un equivalente visual de sus recuerdos. «Mi primer recuerdo es la luminosidad de la luz —luz por todas partes—», manifestó en una ocasión Georgia O’Keeffe. Su obsesión por la luz, que tanto la había conmovido en Texas, la llevó, a partir de 1929, a pasar largas temporadas alejada de Nueva York en el radiante Nuevo México, donde se instaló definitivamente en la pequeña localidad de Abiquiu en 1949. En estas lejanas tierras la luminosidad de sus pinturas se hizo todavía más transparente y, en ocasiones, estaba dotada de un mayor indigenismo o de un cierto simbolismo religioso. Al mismo tiempo, los formatos de sus lienzos se fueron agrandando para adaptarse a la gran escala del paisaje del desierto.
Paloma Alarcó