Marrón y plata I
Jackson Pollock, uno de los principales protagonistas de la action painting, comenzó a trabajar en sus primeros drippings en el invierno de 1947-1948 y a partir de entonces su pintura se aferró firmemente a la idea de automatismo, un automatismo derivado en gran medida del surrealismo. «Cuando estoy dentro de mi pintura, no soy consciente de lo que estoy haciendo», declaraba en 1947. Además, con la invención de la técnica del goteo, Pollock rechazaba la pintura de caballete y anulaba por primera vez cualquier contacto directo del artista con el lienzo: «Sigo progresando en la eliminación de los instrumentos propios del pintor como el caballete, la paleta, los pinceles, etc. Prefiero utilizar palos, llanas, cuchillos, salpicaduras de pintura líquida o empastes gruesos con arena, cristales rotos y otros materiales extraños».
Después de su mítica exposición en la Betty Parsons Gallery de Nueva York en noviembre de 1950, que supuso la consagración de sus abstracciones, Pollock decidió dar un nuevo giro a su pintura. En junio de 1951 escribió a sus amigos el pintor Alfonso Ossorio y el bailarín Ted Dragon: «Durante un tiempo he estado dibujando sobre el lienzo en negro —recuperando algunas de mis primeras imágenes— y pienso que los partidarios del arte no-objetivo las encontrarán aberrantes, y los niños, que simplemente he salpicado un Pollock». El énfasis en el dibujo y la intención de volver a la línea negra, que había definido sus primeras producciones, darían lugar a la serie de Pinturas negras de comienzos de los años cincuenta.
Marrón y plata I, la única obra de Pollock en la colección del Museo Thyssen-Bornemisza, pertenece a esta serie de Pinturas negras, realizadas entre 1950 y 1953 con un bote de esmalte negro y lienzos sin preparación. En una fotografía del estudio de Pollock, tomada en 1951 por Hans Namuth, aparece Marrón y plata I junto a Marrón y plata II, pintadas una junto a otra, en un mismo rollo de tela que luego el artista cortó en dos. Al no estar firmadas ninguna de las dos, no es posible precisar su posición correcta, aunque Francis Valentine O’Connor y Eugene Victor Thaw proponen que deben considerarse lienzos verticales, tal y como aparecen en la mencionada fotografía.
En ambas composiciones el artista sustituyó el negro puro por el marrón, salpicado de diversas manchas plateadas. La técnica pictórica no es muy diferente a las pinturas de goteo inmediatamente anteriores, ya que, como puede apreciarse, el pintor ha esparcido la pintura directamente desde el bote, ha utilizado palos y pinceles secos, a los que ha añadido ahora jeringuillas, y también ha abordado la composición por los cuatro costados. Como ocurre en todas las pinturas de la serie negra, en lo que sí difiere Marrón y plata de su producción anterior es en el tema. Pollock recupera ciertas notas antropomórficas de sus primeras épocas de pintor, que remiten a ejemplos de Picasso y Masson, y el espacio abierto y el efecto all-over de sus pinturas realizadas con drippings ya no está presente.
Paloma Alarcó