A comienzos de la década de 1920 Kurt Schwitters, uno de los más destacados representantes del dadaísmo, se interesó por los nuevos lenguajes abstractos constructivistas. El nuevo arte soviético, en especial de la obra de El Lissitzky, y el contacto con los miembros neoplasticistas de De Stijl, que conoció durante una estancia en los Países Bajos durante 1923, se dejó sentir en obras como Merzbild Kijkduin.

El presente Merz, nombre que Schwitters daría a todas sus creaciones, fue realizado en Holanda con objetos encontrados en la playa de Kijkduin. El azar, que interviene para que estos materiales de desecho se conviertan en arte y que pretende romper las convenciones artísticas, dialoga con el deseo de introducir el ideal constructivista en una obra en la que predominan los objetos planos y las franjas geométricas de color.

MRA

Schwitters trataría de conciliar su particular anarquía dadá Merz con la influencia ejercida sobre su obra por el idealismo de las nuevas corrientes abstractas constructivistas. A la huella del arte geométrico de los holandeses de De Stijl y del artista ruso El Lissitzky, hay que añadir el fuerte impacto que le produjo la exposición de arte soviético contemporáneo que había visto en la galería Van Diemen de Berlín en el otoño de 1922.

Merzbild Kijkduin, del Museo Thyssen-Bornemisza, un assemblage realizado en Holanda durante el «tour dadá» que hizo Schwitters junto a Theo y Petro van Doesburg y Vilmos Huszár, en los primeros meses de 1923, es uno de los primeros ejemplos de esta transformación. La palabra Kijkduin, incluida en el título de esta construcción Merz, es el nombre de una pequeña población situada junto a La Haya. A pesar del constructivismo evidente en la manera de disponer la composición, la utilización de materiales encontrados en la playa de Kijkduin —unas simples astillas y otros residuos arrastrados a tierra por las mareas— introducen el concepto de azar que nos remite a las obras dadaístas de su amigo Hans Arp.

Schwitters consigue un equilibrio perfecto entre el espíritu caótico de los objetos encontrados, propio del movimiento dadá, y la ordenación geométrica de dichos objetos; entre el aspecto un tanto inacabado y erosionado de la textura rugosa de las viejas maderas desnudas y la uniformidad de las superficies pintadas; entre el efecto bidimensional de orden que producen las formas geométricas planas, formando cuadrados y líneas de colores, y la tridimensionalidad producida por el relieve de los objetos de la construcción, pegados con cola o fijados con clavos. En este mundo de contrastes que es Merz, Schwitters «merzifica el constructivismo» e intenta —y lo consigue— sintetizar las dos nociones dominantes de todo el arte del siglo XX, el orden y el caos: «Mi objetivo es la obra de arte total Merz, que reúne todos los tipos de arte en una unidad artística».

Merzbild Kijkduin perteneció a Hannah Höch hasta 1957. La artista dadá fue de las pocas vanguardistas que no emigró con el advenimiento del Tercer Reich. Permaneció en su casa a las afueras de Berlín y ocultó toda su colección en el interior de un pozo seco de su jardín hasta que finalizó la guerra en 1945.

Paloma Alarcó

Siglo XXs. XX - Pintura europea. DadaísmoCollageÓleo, lápiz y assemblage de madera Cartón
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