Retrato del dux Francesco Venier
Tras la pintura religiosa y mitológica, el retrato constituye el tercer gran grupo temático en la obra de Tiziano. Actualmente se conservan unos ochenta considerados autógrafos, aunque sabemos, por referencias en textos y copias de originales perdidos, que el conjunto fue más numeroso. A la muerte de Giovanni Bellini, en 1517, y durante el mandato del dux Leonardo Loredan, Tiziano fue nombrado pintor oficial de la República. Entre las labores del puesto estaba la ejecución de los retratos oficiales de los nuevos dux destinados a decorar un friso conmemorativo de la sala del Consejo Mayor del Palazzo Ducale de Venecia. Al igual que las pinturas de otras estancias del palacio, esta galería de retratos desapareció en el incendio que sufrió el edificio en 1577, y entre las pérdidas se encontraba el retrato oficial hecho por Tiziano al dux Francesco Venier. En las labores de renovación de la decoración que la República emprendió tras el incendio, fue Domenico Tintoretto el que ilustró de nuevo este ciclo iconográfico de retratos.
La pintura fue publicada por primera vez por Von Hadeln, a quien también se debe la identificación del modelo. En cuanto a su procedencia, la referencia más antigua que conocemos es la de la colección del príncipe Trivulzio, en Milán. Fue adquirida por Heinrich Thyssen-Bornemisza antes de 1930 y formó parte de las pinturas que se presentaron en Múnich en la Neue Pinakothek, donde se dio a conocer al público y a la crítica esta colección privada por primera vez.
Francesco Venier, nacido en 1489, ejerció su mandato entre el 11 de junio de 1554, fecha en que fue elegido, y el 2 de junio de 1556, fecha de su muerte. Anteriormente había desempeñado el cargo de embajador de la República ante la Santa Sede bajo el pontificado de Pablo III. El corto mandato de este dux estuvo marcado por la pacificación de los conflictos bélicos de la República y por una carestía de la vida que lo hizo bastante impopular. Durante los años en que ocupó el cargo no gozó de buena salud y necesitaba la ayuda de dos hombres para poder desplazarse. Astuto, estudioso y de sobrias costumbres, su monumento fúnebre en la iglesia del Salvador fue diseñado por Jacopo Sansovino y decorado con esculturas de Alessandro Vittoria.
Este retrato autógrafo, réplica de la imagen oficial perdida durante el incendio, pudo ser encargado a Tiziano por algún familiar próximo al dux (tal vez su hermano Pietro Venier) o bien pudo ser realizado para alguna de las sedes de la magistratura, como ha apuntado Rearick. Tiziano lo compuso con un esquema sencillo utilizado en anteriores retratos. La tipología aparece formulada ya en el retrato del conde Antonio Porcia, de la Galleria Brera de Milán, fechado en la segunda mitad de la década de 1530, donde el personaje posa en un oscuro interior que se abre a un paisaje a través de una ventana. Venier posa en un interior, de pie, con una cortina detrás y una ventana a la izquierda, a través de la cual se capta una vista de la laguna. Como han reseñado diversos críticos, el artista ha acertado a reflejar la pobre salud del dux, revelando, a través de un cuerpo cubierto de oros, la fragilidad del personaje de mirada profunda y perspicaz. Venier viste la tradicional indumentaria del dux, con el sombrero, túnica y capa de rica botonadura. El episodio registrado en la vista de la ventana, con un edificio ardiendo detrás de un velero, no ha podido identificarse, aunque ha tratado de interpretarse como un símbolo del poderío de la ciudad. Un lienzo de Jacopo Palma el Joven, fechado a finales del siglo XVI, que se halla en la sala del Senado del Palazzo Ducale y titulado El dux Francesco Venier presentando a Venecia las ciudades de Brescia, Udine, Padua y Verona, representa de nuevo a este personaje en una actitud similar a la de nuestro lienzo, pero de cuerpo entero. Palma, en su pintura, retrata al dux con el mismo traje, dorado y carmín, que en esta pintura y consigue transmitir también, bajo estos pesados ropajes, el cuerpo frágil de Venier.
Mar Borobia