Tríptico de la Santa Faz
Pintor, escultor e iluminador alemán del cambio de siglo, cuyo estilo ejerció una gran influencia en las generaciones posteriores de artistas del norte de Alemania. Para este Tríptico de la Santa Faz, el Maestro Bertram eligió un tema muy popular en la Edad Media, que está relacionado con el santo sudario de la Verónica. Esta mujer secó con un paño el sudor de Jesús camino del calvario, con lo que sus rasgos quedaron milagrosamente estampados en él. En la tabla central ha representado el rostro de Cristo frontalmente, con rasgos suaves y expresión cálida, características ambas, de las figuras de este maestro. A ambos lados de la Santa Faz, en las alas interiores, se encuadran dos ángeles músicos sobre fondo dorado, cuyas formas delicadas contrastan con las dos figuras de las alas exteriores, en las que se representa La Anunciación, y que por el contrario se perfilan con un trazo grueso y oscuro, que les confiere un aspecto más lineal. Esta pequeña obra fue pensada para ser transportada con facilidad, ya que estaba destinada a la devoción privada.
El Maestro Bertram, del cual las primeras noticias sobre su actividad se encuentran en la ciudad de Hamburgo en 1367, procedía de Minden, Westfalia. Para la iglesia de San Pedro en Hamburgo realizó su obra maestra: el retablo de Grabow. Un altar de grandes dimensiones trabajado con pinturas y esculturas talladas y policromadas, que se ordenan en torno a una Crucifixión a la que rodean un total de cuarenta y cuatro figuras entre profetas, santos y apóstoles. Las pinturas están instaladas en las alas de este altar y en ellas se narra la creación del mundo y la infancia de Cristo en un total de veinticuatro tablas. Este gran políptico está fechado entre 1379 y 1383 y actualmente se encuentra en la Kunsthalle de Hamburgo.
La Santa Faz fue un tema popular en la Edad Media y está vinculado con el santo sudario de la Verónica. Según la leyenda, esta mujer, conocida como la hemorroisa, secó con un lienzo el sudor a Jesús durante el camino al calvario, momento en que los rasgos de Él quedaron milagrosamente reproducidos en la tela. Esta efigie impresa, que corresponde a la de Cristo sufriendo y sangrando por la corona de espinas, se conservaba en San Pedro de Roma hasta el saqueo de la ciudad en 1527.
El Maestro Bertram, para este pequeño tríptico destinado a la devoción privada y fácil de transportar por sus dimensiones, ha elegido como motivo central la Santa Faz pero sin las señales de la Pasión. El rostro que se presenta frontalmente se encuentra enmarcado en las pequeñas alas laterales por dos ángeles músicos. El artista ha trabajado toda la superficie con igual destreza y en ella se recrea con el oro y con su decoración para elaborar el fondo y el marco. Este juego se extiende también a los bordes interiores que se han rebajado mucho, en la cara interior de las alas laterales, para que las figuras se acoplen perfectamente. En el caso de la imagen central, el ritmo decorativo se interrumpe para crear un acentuado contorno que sirve para potenciar los reflejos del oro que iluminan, con sus brillos extras, el rostro del Salvador.
En la ejecución de este rostro, con la nariz algo desplazada hacia la izquierda, pero de trazos suaves y expresión dulce, se han visto rasgos típicos de las figuras del Maestro Bertram. Sin embargo, entre los ángeles músicos y los personajes de La Anunciación, imágenes de las puertas exteriores, se han detectado diferencias significativas en la construcción de sus trajes. Tanto la figura del arcángel san Gabriel, con fondo de plata, como la de la Virgen, con fondo de oro, confeccionadas linealmente con un trazo grueso y oscuro, se envuelven en mantos con caídas menudas y nerviosas muy diferentes a los grandes planos con que se viste a los ángeles. De este tríptico, fechado hacia 1390-1400, se adquirieron primero las alas laterales, en 1929, y ambas participaron en la exposición de Múnich de 1930. En 1931 se adquirió la tabla central con la que se completó el conjunto.
Mar Borobia
