Mujer con sombrilla en un jardín
En esta Mujer con sombrilla en un jardín, Renoir adopta un lenguaje plenamente impresionista. Además de suprimir el horizonte, utiliza un modo de pintar las flores y los matorrales del jardín a base de pequeños toques de color que crean un juego de texturas continuo, que envuelve a las dos pequeñas figuras de la composición. Junto a la mujer, que se protege del sol con una sombrilla, aparece una figura masculina agachada, quizás recogiendo una flor, cuya proximidad hace suponer que existe entre ellos algún tipo de relación.
El cuadro no fue pintado en el campo sino en el jardín del nuevo estudio del pintor en Montmartre. Su amigo George Riviére recordaba: "En cuanto Renoir entró en la casa, se sintió fascinado por la vista del jardín, que parecía un bello y abandonado parque".
Renoir adopta en este lienzo un lenguaje plenamente impresionista, y abandona la estructura pictórica tradicional en favor de una nueva disposición de contrastes de color. Además de la supresión del horizonte, se puede observar un tratamiento de las superficies y un modo de pintar las flores y los matorrales del jardín como un juego de texturas continuo que envuelven a las dos pequeñas figuras de la composición. Como señalaba John House en su comentario del cuadro «todos los elementos de la escena son tratados con toques flexibles, constantes y variados, que evocan con gran brillantez las múltiples texturas de este exuberante jardín, pero sin detenerse en los detalles». Junto a la mujer, que se protege del sol con una sombrilla, aparece una figura masculina agachada, quizás recogiendo alguna flor, cuya proximidad hace suponer a House que existía entre ellos algún tipo de relación, la misma que se aprecia en Cogiendo flores de la National Gallery of Art de Washington, una obra muy similar a la de la Colección, en la que el hombre claramente ofrece la flor a la muchacha, aunque la ropa de jardinero y el sombrero de paja del primero difieren del atuendo burgués del segundo.
Paloma Alarcó